Prólogo

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¿La vida?

La vida es como una montaña rusa. Tiene sus momentos en los que te sientes en la cima, donde no te preocupas por nada y pensar que todo está a tu alcance. Y luego, la presión de como caes, ese momento en que gritas de miedo, pero aún así te diviertes aunque sabes que pronto terminará.

Pero, y si ese vagón en el que nos encontramos se desbocara y cayeramos desde lo más alto hasta el suelo y morir. Eso también es parte de la vida y pasa mucho, de distintas formas, unas más dolorosas que otras.

—Todo puede pasar, ¿verdad?—mencionó una chica pelirroja vistiendo una camiseta gris y pantalones negros ajustados a su cuerpo, sentada en lo alto de un edificio mirando el paisaje de una ciudad nocturna completamente iluminada por los grandes carteles y apartamentos de los edificios.

—Sí, la vida a demostrado que todo es posible en este cruel mundo—se escuchó la voz de un chico saliendo de las sombras con ropas negras y un abrigo con la capucha. Su cabello del mismo color cubría un poco sus ojos. En sus manos sostenía una Guadaña, cualquiera que lo vea diría que está haciendo cosplay de la muerte, pero en realidad, él es la mismísima muerte en persona. Se colocó al lado de la chica y se sentó.

—A veces quisiera ayudar a todas las personas de este mundo, pero claramente no se lo merecen—comentó la chica soltando un suspiro mientras miraba a las personas caminar.

—Dime, ¿has tenido mucho trabajo—preguntó el chico.

—Este último año sí. He visto sufrir a varias personas y también, sufrí un poco yo—dijo en un susurro.

—¿Lo volviste a ver?—la chica asintió sabiendo a lo que se refería—Este trabajo es así, y la que sale más herida eres tú, Soledad

—¿Y tú no sientes ni un poco de pena o tristeza, Grim?—dijo mirándolo buscando sus intensos ojos negros.

—Al principio sí. Yo no quería este trabajo, pero aquí estoy, me acostumbré tanto que incluso a veces me importa poco lo que le pase a ellos—mencionó dirigiendo su mirada a la gente.

—En serio este mundo es cruel.

—Cuéntame, ¿qué pasó para que te reúnas aquí conmigo? Siempre vienes cuando estás al límite y hablamos para sentirnos mejor.

—Debería empezar desde el principio para que lo entiendas—la chica miró una vez más al horizonte para luego hablar con su amigo—Hace un año, me pidieron los del inframundo que custodiara unas cuantas personas que estaban sufriendo demasiado. No quería volver al mundo humano desde aquella vez pero tampoco puedo desobedecer así que acepté. Y no me imaginé lo que me iba a encontrar al llegar a mi primera misión. ¿Estás listo para escuchar estos "relatos oscuros"?






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