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Desde que el día había comenzado, Sungchan se sentía muy emocionado. Por primera vez Taro iría a su casa a jugar; y no solo eso, sino que su madre no estaba, por lo que no habría quien los molestase.

—Sungchan—lo llamó su padre quien iba en dirección al garaje donde se encontraba su auto—, tengo algo importante que hacer en el trabajo. Nana se hará cargo de ti y Shotaro, así que pórtense bien. Trataré de no tardar mucho.

El niño asintió, aún se le hacía raro que su padre se quedara los fines de semana en casa, además de que algunas de sus clases fueron dadas de baja. Obviamente sin contarle a su madre.

Jaehyun le revolvió el cabello para después salir del hogar. Sungchan corrió hacia la entrada de la puerta, esperaría ahí a Shotaro. Él sería el primero en recibirlo.

Habían quedado en que iría al mediodía. Sin embargo, ya habían pasado diez minutos sobre la hora acordada. ¿Ya no quería ir a jugar? ¿O sus padres no lo querían llevar?

Mientras Sungchan pensaba en las razones por las cuales Shotaro no llegaba, el timbre de su hogar sonó. Sungchan inmediatamente abrió la puerta, encontrándose con Shotaro cargando en su espalda una pequeña mochila y en sus brazos el peluche que le había regalado de Korokorokuririn, y a lado, su padre.

—¡Dungchan!—gritó mientras corría hacia él para abrazarlo.

—¿Usted es el señor Osaki?—preguntó una de las trabajadoras quien rápidamente había llegado.

—Así es, vine a dejar a Shotaro. A las seis regresaré por él—dijo para después entregarle un pedazo de papel con algo escrito—. Aquí viene el número de mi esposa y mío. Si algo sucede, por favor llámenos—La mujer lo tomó asintiendo.

—¡Adiós, papá!—se despidió Shotaro aún estando abrazadito de Sungchan.

—¿Sólo así te vas a despedir de mí?—preguntó Shohei indignado. Shotaro se soltó de Sungchan y corrió hacia los brazos de su padre, dejándole un besito en su mejilla.

—Adiós, papá.

—Pórtate bien, Taro. Adiós—ambos se despidieron. Shohei esperó a que su hijo entrara al hogar para después subirse a su auto e irse.

—Bueno, niños—dijo la trabajadora una vez que estuvieron dentro—, pueden irse a jugar, en un rato les llevaré algo para comer. ¿Se les antoja algo en especial?

—Prepara un pay de limón—ordenó Sungchan.

—Muy bien, en un momento estará listo.

Después de hacer aquel pedido, ambos niños corrieron hacia la habitación de Sungchan, la cual era muy grande.

—Wow...—dijo Shotaro sorprendido—tu habitación es muy grande y bonita.

—Gracias—respondió tímidamente Sungchan—. Por cierto, ¿qué traes en esa mochila?

Shotaro se sentó en la orilla de la cama de Sungchan, mientras la abría:—Aquí traigo las cosad de Kuririn. Su biberón, cobijita, su platito y su cuchara, medicina por si se enferma, una sonaja y su chupón.

—¿Y por qué traes esas cosas?

—Porque vamod a jugar a la casita—respondió feliz Taro.

—¿Y cómo se juega eso?—preguntó curioso, nunca lo había jugado.

—Mira, tu y yo vamos a hacer los papis de Kuririn, lo vamos a cuidar y querer mucho. Yo voy a ser el papá y tú la mamá.

—Yo no quiero ser la mamá—dijo con sus brazos cruzados y su ceño fruncido.

—Está bien, entonces yo seré la mamá—respondió mientras cargaba a su "bebé".

𝘓𝘌𝘔𝘖𝘕 𝘉𝘖𝘠Where stories live. Discover now