Veintitrés: "La estación de tren"

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¿Conocen la sensación que tiene el cuerpo cuando sabes que algo va a suceder?

El invierno se había apoderado de la ciudad, salir de casa se había vuelto casi un infierno por el frío pero la gente aún así salía a trabajar o cumplir con obligaciones.

La nieve cubriendo cada espacio del país, pero los nervios consumían a Hirai Momo desde que se levantó esa mañana. La carta de traslado en el escritorio de su jefe fue su punto de partida a... querer algo más.

Nunca fue obligada a nada, Momo fue feliz todo el tiempo pero nunca se sintió satisfecha, tal vez era por eso que intentaba cada cosa que se le ponía en el camino.

Tal vez no era el tiempo...

Existen historias que se crean pero que nunca tendrían un final, porque mientras el reloj marcaba que faltaba media hora para las tres de la tarde, la decisión que se tomaría definiría un destino.

Sentada en la banca, Momo esperaba nerviosa a la coreana, no había mensajes ni señales de que ella estuviera cerca. Puede que se arrepintiera después de todo. Pero Momo estaba decidida a esperar lo que fuera necesario, estaba segura de que ella llegaría.

Algunas veces no podemos saber el final exacto de algunas historias y es lo más triste de la vida, sin embargo esa tarde de invierno iba a ser diferente, Momo podía sentirlo en su interior. Sus pequeños ojos se abrieron con sorpresa al ver a la coreana correr hacía ella con lo que se suponía que era una mochila en su espalda.

Dahyun no dijo una palabra, respiraba profundamente intentando recuperar la respiración pero luego de unos segundos una sonrisa se apoderó del rostro de Dahyun, Momo no pudo evitar abrazar con fuerza a su chica.

— Pensé que no ibas a venir... — dijo en voz baja la japonesa.

— Me quede dormida

Y era verdad, después de llegar a su apartamento había puesto algunas cosas en una mochila que encontró y fue a su hogar para despedirse de mamá Yoo, no sabía cuando iba a volver, pero después del desayuno se quedó dormida en el sofá. Cuando despertó maldijo en su interior y le tocó correr para tomar un taxi que la llevará hasta la estación, porque si, quedaba lejos.

— Está bien...

— ¿A dónde vamos? — Sus ojos se encontraron, Momo podía ver un pequeño brillo en los ojos de la chica que siempre amó.

— Busan... Después de ganar un poco más de dinero podremos mudarnos a Estados Unidos, ¿qué dices?

— Me parece bien...

Momo no quería soltar a Dahyun, por si fuera un sueño no lo dejaría ir pero Dahyun fue la que rompió aquel lindo abrazo.

— Dahyun-ah ¿qué somos ahora?

— ¿Qué quieres que seamos?

— Si pudiera me casaría contigo... porque Kim Dahyun te sigo amando como el primer día

— Hagámoslo ¿por qué no?

— Dubu ni siquiera tenemos anillos — un puchero se instaló en los labios de Momo.

— Arreglemos eso después... entonces seré ¿Hirai Dahyun?

— Yo seré Kim Momo...

Al subir al tren Dahyun supo que no había vuelto atrás, había roto algunas promesas pero sentía que aquello lo haría feliz y si no lo hacía tomaría otro camino. Abandonó el trabajo y amigos a quienes quería y amaban, algunas casas quedaron inconclusas pero se arreglarían luego.

O eso esperaba.

Mientras su cabeza se recostaba en el hombro de Momo, no se arrepintió de nada, si Dios le había puesto en su camino era por algo ¿no? Y si no era así

Iría al infierno por Hirai Momo.

Era su vida, ¿no? Ella tenía derecho a ser feliz aunque al subir al tren destrozó más de algún corazón pero por primera vez en años se sentía feliz. He repetido eso mucho, ¿no? pero no existen las palabras exactas para describir las emociones de ambas chicas.

Hirai Momo estaba dispuesta a seguir a Dahyun a cualquier lado sin importar las consecuencias.

Kim Dahyun estaba buscando la felicidad con Momo aunque iba en contra de las creencias que fueron interiorizadas en ella desde que nació. No quería ocultarse más.

Aunque todos sus sentimientos y pensamientos estuvieran "Al aire"

A l'antenne || DahmoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora