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Mierda

Amity caminaba por las oscuras calles a paso apresurado. Ahora si estaba jodida.

¿La razón?

Su madre se daría cuenta de su ausencia, aunque seguramente ya lo habría notado, la cosa es que rogaba al cielo que su madre todavía no llegará a casa porque estaría en graves problemas.

Eso le pasaba por distraerse con Luz, por estar tan metida en la conversación con esta no se fijo en la hora y por ende se le hizo tarde, ahora tendría que soportar el interrogativo y drama de su madre, sin contar que debía estar alerta si cualquier extraño la seguía o la observaba de más, las calles eran muy peligrosas a esas horas.

— Ugh, ¿por qué no me pedí un maldito taxi?

Cierto.

Luz quiso acompañarla hasta su casa pero ella se negó rotundamente, no queria que su madre la vea, y eso provocó que estuviera cinco minutos más tratando de convencer a Luz que no era necesario, la cual se puso un poco triste y le dijo que por lo menos le dejara pagar el taxi con la que iría a su casa.

Por supuesto la Blight se negó otra vez, diciéndole que no era tan tarde y que le gustaba hacer caminatas nocturnas, lo cual es una tremenda mentira, pero lo suficientemente creíble para que Luz le creyera.

Una sonrisa se dibujo en su rostro al ver que ya estaba cerca de su casa, pero rápidamente se le borro al ver a su madre esperándola en la puerta con los brazos cruzados junto a su padre quien bostezaba.

Dio un largo suspiro resignada y con pasos lentos se encaminó hacia su madre, ya sabiendo lo que le esperaba.

— Mamá— hablo la menor secamente.

La mujer frunció el entrecejo y la fulmino con la mirada, esa misma mirada intimidante que le lanzaba cuando se molestaba, ese misma mirada que le asustaba cuando era una niña.

— ¿Se puede saber en donde estabas?— preguntó con enfado.

— Estuve en una cafetería, madre— fue la simple respuesta que le dio, haciendo que Odalia se molestara más.

— ¿Y que se supone que haces perdiendo el tiempo en una mugrosa cafetería en vez de estar estudiando?

— Solo fui a distraerme mamá, no es para tanto— replicó Amity con cansancio.

— ¡Claro que lo es! Que no se te olvide que eres una Blight, tienes una reputación que mantener para estar yendo a lugares que solo la gentuza de este mugriento lugar va... Ah, y que no se te olvide que también tienes una reputación que mantener en tus calificaciones.

— Si mamá, ya sé.

— Bien, ahora ve a cenar y duérmete que mañana tienes clases a primera hora.

Amity se adentro sin decirle una sola palabra, pero sonrió al ver que su padre le regalo una tierna sonrisa y le deseo las buenas noches. Una vez que Amity se fue, Odalia miró con furia a su esposo.

— ¡Alador! ¡¿Me podrías decir por qué no le dijiste nada a nuestra hija?!

El hombre se sobo el puente de la nariz, cansado.

— Odalia, Amity ya es una señorita y tiene derecho a divertirse— expresó serio. 

— ¡Pero...

— Además, es joven, déjala vivir su juventud— dijo Alador adentrándose a la casa.

Odalio gruñó con exasperación. 

— Es por esto que Edric y Emira son muy liberales— refunfuño, para luego seguir a su esposo.

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A Sincere Romance •Lumity• [AU: Human]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora