capitulo 22

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22 de noviembre, 2022.
Narra Julieta.

Ya hace 2 días que el mundial inició y hace ya un mes que la selección está entrenando sin parar, Scaloni sabe lo que está haciendo con ellos, me alegra saber que tenemos un buen director técnico en la selección.

Ahora mismo me encontraba en la tribuna del estadio, junto a Antonella y sus hijos, ella estaba tan tranquila, admiraba su paciencia, no mostraba ni una sola pizca de nerviosismo y estaba contenta.

Obviamente también estaba muy feliz por el mundial, me encantaba este evento pero no podía evitar tener los pelos de punta, sabia que los chicos habían entrenado y se estaban esforzando muchísimo para llegar lo más lejos que puedan, pero la inquietud siempre estaba.

Además estos días había podido notar como Emiliano estaba nervioso y se estresaba muchísimo, sabiendo esto no podía calmar la ansiedad que sentía mientras esperábamos a que el partido empiece.

No me gustaba verlo así pero no podía hacer nada para ayudarlo con sus nervios, no me decía lo que le pasaba ni lo que sentía e intentaba disimularlo diciendo que iba a ganar el mundial por mi, pero ya lo conocía hace años y me podía dar cuenta que algo le pasaba.

Pero igualmente el nerviosismo no era un problema para seguir viajando como turistas por Qatar, me había acompañado a explorar toda la ciudad; compramos millones de cosas que nunca usaríamos pero servirían de recuerdo de nuestro mejor y primer viaje juntos.

Distraída en mis recuerdos de las excursiones que hicimos juntos, escuché que faltaban tan solo cinco minutos para que el partido empiece, por lo tanto empezaron a salir los jugadores de ambos equipos, y ahí pude verlo detrás de Leo Messi, instantáneamente mis nervios desaparecieron, confiaba muchísimo en él y sabía que no iba a decepcionarme en todo el mundial.

–Juli empeza a hacer de tus macumbas raras.- Exclamó el Kun agüero el cual se había sentado al lado mío hace unos momentos.-

–Ya lo hice antes de salir del hotel.- Suspiré y vi como mi amigo me asintió un poco, luego nos callamos y empezamos a cantar nuestro himno.

El partido inició luego de un par de minutos y ya se escuchaban los cantos de la hinchada argentina, junto al kun los contábamos a puro pulmón y sin equivocarnos en una sola oración, intentábamos distraernos de nuestros nervios.

–Che me van a asustar a los nenes ustedes dos.- Nos retó Anto al ver todo el quilombo que hacíamos en la tribuna.-

–Que decís, Mateo es uno más de nosotros, ¿O no?- Se dirigió el Kun hacia uno de sus hijos, el estaba igual de emocionado que nosotros dos y nos asintió frenéticamente.

–Vení a cantar con nosotros Mateo.- Le indiqué y él miró expectante a su madre para que le dé permiso y ella le asintió.

Enseguida lo alce a upa y empezamos a cantar nuevamente, cada tanto se nos escapaba alguna guarangada cuando los del equipo contrario tenían el control de la pelota.

A los 10 minutos que el partido inició los de Arabia Saudita habían cometido la primera infracción en el partido, dejando un penal para Argentina.

–Dios si me escuchas soy yo de nuevo.- Dije sarcástica y escuché la risa del hijo del Kun, Benjamin. Estaba confiada en que Leo iba a meter el gol.

Miré expectantemente la dirección de la pelota y en el segundo que entró al arco grité como nunca en mi vida, un grito lleno de orgullo por Leo. Rápidamente dejé a Mateo en el piso para que vaya con Anto a festejar y luego sentí como Sergio me abrazó y gritaba al igual que yo, estábamos demasiado ilusionados.

secrets; dibu martinez Where stories live. Discover now