Sick little game | Aruannie

1 - Conoce a la banda del momento

Todo empezó un verano común y corriente hace ya varios años.

Según el documental y los muchos conocimientos que llegué a adquirir mediante videos de youtube —que se reproducían a paso de tortuga porque mi internet era un asco—, el día en que todo cambió, fue el mismo en que uno de esos programas al estilo de ''America's got talent'', decidió abrir sus puertas en la isla Paradis y darle la oportunidad a los jóvenes isleños de descubrir nuevos horizontes. Les dio la oportunidad de que los sueños de muchos jóvenes se hicieran realidad, y que los sueños de muchos otros murieran aplastados de la forma más despiadada posible.

Esos programas de búsqueda de talentos siempre me parecieron tan patéticos... No es que este fuese la excepción, pero aun así, debo reconocer que la gente de ese programa supo muy bien lo que estaba haciendo, ¿reunir a cuatro jóvenes quinceañeros lindos y con un endemoniado talento musical?, era obvio que no era más que una estrategia, ya se había planificado de antemano que esos cuatro jóvenes salieran y se presentaran en el escenario como una promesa del futuro de las boy bands en el continente. Esos cuatro jóvenes, serían el éxito que el maldito programa por tanto estuvo esperando, aquello que subiría el rating, además de ser una apuesta segura para llenarse los bolsillos.

Aunque, esa solo es la versión que los medios decidieron explotar, la de cuatro buenos amigos de toda la vida que decidieron ir juntos a exponer su potencial sin esperar el éxito que acabaron obteniendo, pese a que todos los grandes de la industria sabían que conseguirían alcanzar la cima, porque era difícil que un par de caras lindas no consiguieran hacer eco entre el público femenino adolescente. Ellas en especial fueron la razón por la que, con sólo un par de canciones, el mundo entero acabó conociendo a ese pequeño grupo como algo más que sólo el par de estudiantes adolescentes de una escuela de ricos.

Ese fue el año en que ''Lost in Paradise'' se formó.

El mismo año en que Pieck llegó a mi casa gritando mi nombre a toda voz y echándose a chillar en cuanto le abrí la puerta ignorando mi aspecto de pordiosera para mostrarme su camiseta con el logo de la nueva banda.

—¡Tienes que oírlos! —había dicho, colocándome sus audífonos—,  ¡todo el mundo habla de ellos!, ¡son super... Aaaaaah!

En sí, no recuerdo sí esas fueron las palabras que empleó o no, pero sí recuerdo que cuando me coloqué los audífonos, y me permití ver desde su teléfono el video clic de una de sus primeras canciones, todo cambió para mí.

Porque era cierto, tenían un puto potencial que no me sorprendía si la industria musical trataba de explotar.

Entonces terminé el video, vi a Pieck, y sólo pude decir.

—Creo que me enamoré.

Solo para que sonríera como el gato de Alicia en el país de las maravillas y prosiguiera a instruirme en el nuevo fandom en el que me haría entrar y del cual nunca podría salir. Tendría yo unos... ¿Trece o catorce años?, no pueden juzgarme por dejarme influenciar, a esas edades ver a un chico guapo y talentoso es igual a ''flechazo instantáneo'' y a la mierda los redflags, sí es que me entienden.

Pero tampoco es que hubieran notorios red flags, eran una banda... Sana, al menos a mis ojos y los de mi padre —gracias al cielo, porque sino, a la mierda todos mis posters de Lost in Paradise—, solo que con música que con los años pasó de hablar de ''eres la chica más linda y especial que hay'' a decir ''tú, yo, en mi cama, piénsalo'' y no es como si hubiera algo que pensar, porque así como la banda fue tomando más y más forma con los años, su música fue evolucionando, y yo también fui creciendo. Pero en edad, en estatura no sé qué sucedió.

Pero volviendo al punto, aún con los años y los cambios que obvio, tuvo la banda, y los que tuve yo, lo que siempre persistió fue mi amor por la música, en especial mi amor por su música.