Milagros inesperados

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La expresión en el rostro de Miran  asustó tanto a Elif  que sintió que el corazón se le escapaba por la garganta.
Tratando de mantener la compostura, ella tomó un pañuelo para limpiarse la boca y dijo:
Elif :"¿Por qué me detienes? Necesito urgentemente el dinero y no tengo otra opción".
Con los ojos ardiendo de ira, Miran  susurró: "¿Cuánto dinero quieres? Yo soy tu esposo. Si estás pasando por algún problema, ya sea económico o de cualquier tipo, ¿por qué no me lo dices? ¿Por qué harías algo como eso?".
De pronto, todos los recuerdos de su niñez llena de limitaciones económicas llegaron a la mente de Elif  como si estuviera viendo una película.
Sintiendo que las lágrimas escapaban de sus ojos, ella suspiró profundamente y respondió: Elif: "Solo somos marido y mujer puertas afuera. Tú mismo dijiste que no debíamos interferir en los asuntos del otro, ¿lo recuerdas? ¿Qué te hace pensar que te compartiría mis problemas e incluso te pediría dinero?".
Al escucharla, Miran  se quedó sin palabras.
Un minuto después, respiró lo más hondo que pudo, se puso de pie y la miró:
Miran:  "Primero vamos a calmarnos para que podamos resolver este problema, ¿de acuerdo?". Enseguida, salió lo más rápido que pudo y cerró la puerta a sus espaldas.
Una vez afuera, el dulce aroma de las rosas que Elif había plantado en el balcón llenó sus fosas nasales.
Apoyándose contra la puerta mientras la luz de la luna besaba sus suaves rasgos,  Miran se dio cuenta de que se había pasado de la raya esa noche.
Antes de casarse, a él nunca le gustó Elif  y no tenía la mínima intención de ser su esposo.
Sin embargo, conforme empezaron a convivir, se dio cuenta de que cada día le gustaba más.
Sintiéndose confundido, Miran  se pasó la mano por el cabello y suspiró de nuevo, preguntándose cuándo había comenzado a preocuparse tanto por esta mujer.
Tratando de reprimir sus incomprensibles emociones, cerró los ojos y se frotó las sienes antes de volver adentro.
Después de pararse, Elif se puso a recoger la mesa. Pero justo en ese momento, Miran abrió la puerta, caminó hacia ella y le quitó la vajilla de las manos: "Dámela, voy a lavarla".
Elif "¿Por qué volviste?" preguntó mientras sostenía los platos con fuerza entre sus brazos en un ataque de resentimiento, lo que provocó que su ropa se manchara de aceite. "No es necesario que los laves. Me temo que solo los romperás", dijo ella.
Miran : "¿Por qué volví? ¿Acaso quieres que te deje llorar aquí sola?" , al ver la tristeza en su mirada, Miran sintió una punzada en el corazón y levantó la mano para acariciar su rostro.
Elif :"¡No me toques! ¡No estoy llorando!", a pesar de sus palabras, los ojos rojos e hinchados de Elif la delataban.
Miran se sintió impotente y abatido; lo único que deseaba era atrapar a Elif entre sus brazos y protegerla de todo mal.
Bloqueando su camino para que no pudiera escapar, él se inclinó más cerca de ella y dijo en tono severo: "Por favor, escúchame, no hagas ese ensayo clínico. Tal vez pronto obtengas otros ingresos, no seas pesimista!".•
"Ah, ¿sí? ¿Y qué harás si no te escucho?" , Elif respondió en tono desafiante.
Poniendo un semblante sombrío y hasta cierto punto aterrador, Miran murmuró: "Hay varias maneras de tratar con las mujeres necias. De cualquier manera, si hay algo que me distingue es que no le tengo miedo a nada...".
Con eso, él avanzó poco a poco hacia ella y extendió la mano para desabrocharle el vestido.
Elif :"Okey, está bien. No asistiré al ensayo clínico", Elif dijo con voz temblorosa mientras se abrazaba a sí misma.
Finalmente satisfecho, Miran  la soltó y se hizo a un lado.
Mordiéndose el labio inferior, la joven lo ignoró y caminó hacia el fregadero con los platos sucios, abrió el grifo y comenzó a lavarlos.
Elif  no quería estar en desacuerdo con él. Aunque, de todos modos, Miran estaba ocupado en sus asuntos todos los días y no tenía tiempo para preocuparse por ella, así que todavía podría hacer el ensayo clínico la próxima semana sin avisarle. Al día siguiente, tan pronto como se fue a la empresa, varios mensajes llegaron al correo electrónico de Elif.
Cuando al fin lo abrió, una sorpresa la esperaba: un cliente se había puesto en contacto con ella para ofrecerle un proyecto de diseño en el cual le pagaría muy bien.

Yo antes de ti Where stories live. Discover now