Stalker's Tango - Oumami

Stalker's Tango

Levanté mi mirada de mi escritorio encontrándome con esa tan esperada y anhelada figura, dejando sus cosas y luego sentándose en su correspondiente asiento.

Se ve tan lindo desde aquí.

Levanté mi celular simulando estar arreglando mi cabello y tomé varias fotos de él. Si supieras lo mucho que te quiere el chico que está detrás tuyo...

(. . .)

Si supieras lo mucho que te quiere el chico que estaba detrás tuyo.

Tomé la suave tela de pertenencia ajena, ahora no tan ajena y me recosté posicionándola sobre mi pecho, haciendo que quedara cerca de mi nariz por el tamaño de ésta rodeándola con mi brazo libre firmemente.

Rantaro... Necesito a Rantaro...

Su chaqueta no sería suficiente, sentía una gran adrenalina en mi interior al poseerla ahora sin tener su consentimiento, se sentía peligroso.

Pero no iba a ser suficiente.

No podía dejar de pensar en él y lo mucho que quería tenerlo a mi lado, quizás no sólo eso.

-A-Ah!~ - Resonó mi audible respuesta por toda la habitación. 

Ya estando más calmado limpié todo el desastre y devolví la chaqueta al lugar que le había asignado.

(. . .)

- No importa lo que ellos digan, nunca conocerás a alguien como yo - Dije en un susurro casi inaudible, el cual, deseaba que escuchara aunque a la misma vez deseaba que no.

- Umm, disculpa, ¿Dijiste algo? - Me miró confuso inclinando su cabeza levemente para poder ver mis ojos. El hecho de que tenga un defecto en su audición es algo beneficioso para mí. - Nop, no he dicho nada.

Abandonó el salón de clases dejando atrás sus pertenencias, otra vez.

Me acerqué hasta su escritorio y levanté su botella, lamiendo la boca de ésta y dando un largo sorbo del líquido que poseía.

<<Iugh, agua mineral>> Pensé. No importaba, no en ese momento.

Corrí hacia el baño ignorando el desagradable sabor del líquido y comencé nuevamente mi usual "ritual".

-Aquí estás, Ouma.

-Disculpa, el ruido me afectó demasiado y tuve que venir aquí, ya que las paredes aíslan el sonido. - Mentí improvisadamente, no esperaba encontrarme a mi amigo aquí.

-Vale, ¿Estás mejor ahora, no? -. Asentí como respuesta. -Bien, vamos al salón, el musical de los de último grado ya se acabó, ya están todos volviendo.