El comienzo

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El comienzo

Los días de invierno eran tranquilos y solitarios, Draco era consciente de que su querida tía lo dejaba la mayor parte de la tarde a cargo de "Diva", una peluquería propiedad de la misma, porque casi nadie llegaba a esas horas en esa temporada. Las personas, acostumbraban a mantener el cabello largo en invierno y recurrían a las peluquerías mayormente en verano. Sin embargo, las mujeres que debían mantener el color en sus cabellos, siempre aparecían, pero en las horas donde su tía llegaba, donde el horario era la tarde avanzada y las calles estaban más concurridas.

En aquellas horas de la tarde, quienes entraban a la peluquería por un corte de cabello, eran los dueños de los negocios de alrededor, cerraban sus locales y aprovechaban el tiempo pasando por allí. Draco, se llevaba bien con todos ellos, tenia conversaciones divertidas, compartían anécdotas de clientes, reían y siempre recibía buenas propinas.

Su tía, desde que él era pequeño, lo elogiaba por su personalidad fresca y carisma que poseía para entablar conversaciones con los clientes. La mujer, era como su madre, si bien tenia la suya, disfrutaba desde niño pasar tiempo en la peluquería con su tía. Asimismo, las tardes que pasaba allí a lo largo de los años, lo llevaron a ser el estudiante de su tía, aprendiendo todo sobre el oficio de peluquero. Por supuesto, había clientes exclusivas de su tía que no dejaban que él tocara uno solo de sus cabellos, pero Draco se centraba en atender clientes masculinos, clientas de paso y niños. Había comenzado cuando tenía catorce y desde entonces resulto de gran ayuda a su tía, aligerando la carga de trabajo, debido a que las clientas habituales consumían mucho tiempo dejando poco a masculinos y de paso, la presencia de Draco le permitió agrandar la clientela en atenciones y el negocio progreso mucho más de lo que su tía había esperado.

Cuatro años más tarde, ya con dieciocho años, Draco trabajaba a tiempo completo en el local, no solo en su temporada y horas libres. Su sueño de vida a lograr, era conseguir su propia peluquería cuando se sintiera lo suficiente confiado con su habilidades. De manera que, hasta que el momento llegara, él se mantenía atendiendo el local de su tía y aprendiendo más de ella, asistiendo a los cursos y seminarios que ella le indicaba para expandir sus conocimientos y habilidades.

Se miró con atención al espejo, en una tarde vacía y fría como aquella, no tenía más actividad que jugar con su cabello, una afición que había tomado desde que lo dejo crecer. Reacomodando los bucles que se había realizado en la puntas de su coleta esa mañana, los fijo más con ayuda de productos lavables y calor, el rubio de sus cabello brillaba. Observó con satisfacción, lo hermoso que se veían, la coleta dejaba su rostro libre a la vista, el fino contorno de su barbilla, sus ojos grises resaltando en la clara tez blanca.

— ¿Buenas tardes?—escuchó que llamaba una voz gruesa y varonil, a la vez que las campanitas sobre la puerta sonaban al ser abierta esta.

—Buenas tardes—saludo poniéndose de pie y llamando la atención del pálido chico, quien le sonrió al notarlo—. ¿En qué puedo ayudarlo?—el chico se quito el gorro de lana que tenia sobre su cabeza, dejando al descubierto un manojo de largos cabellos despeinados y alborotados.

— ¿Se nota que necesito un corte?—preguntó el muchacho, Draco notó como el sonrojo en las mejillas del chico crecía, esta vez no por el viento frio que soplaba fuera, sino por la pena ante su imagen.

—Bastante, pero no es nada que no tenga arreglo—le indicó una de las sillas frente al espejo y el muchacho se acerco, se quito el abrigo, dejando a la vista lo delgado que era, lo cual a combinación con la altura, le daban una aire desgarbado—. Bueno, ¿Cómo es que llegaste a esto? ¿Intentabas un nuevo look del cual acabas de desistir o algo así?—preguntó Draco comenzando a prepararlo.

Una parte de ti (Versión Drarry/Harco)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora