Jaulas de oro y Trajes de persona

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Will se removió incómodo en la cama mientras apartaba las mantas de su cuerpo para secar el sudor de su cuerpo, afuera se veía muy soleado y Will completamente cubierto por las cobijas sentía un calor insoportable,  aprovechando la "soledad" se quito todo de encima a excepción de los calzoncillos y las vendas en su torso

-¿mmm?-

Apenas escucho el tarareo de alguien más en la habitación, Will abrió los ojos y se encontró con una hermosa y elegante mujer rubia que bebía una copa de vino, parada al pie de la ventana,  Will cruzo mirada con ella y de inmediato tomó las mantas para cubrirse de nuevo

-lo...lo siento,  yo...-

-no te disculpes, fui yo quien entró a esta habitación sin permiso - hablo la mujer - dicen que no debes preguntar si no quieres oír la respuesta, tampoco debes buscar si no te gusta lo que vas a ver-

Will frunció el ceño ante las palabras de la mujer,  gracias  a su empatia él podía ponerse en los zapatos de cualquier persona a su alrededor y saber por donde iba la línea de pensamiento de las personas,  pero esta mujer no le decía nada de sí misma, parecía tan fría y distante que la empatia de Will no podía alcanzarla

-mi nombre es Bedelia Du Maurier... soy invitada especial del canciller Floch, sobrina del comandante Braun y también asesoro a la unidad médica 001, además soy "íntima" amiga del comandante Lecter...dime ¿con quien tengo el gusto?-

Por la forma de vestir, de hablar, moverse y haber dado toda esa presuntuosa presentación,  Will pudo adivinar que esta mujer había sido criada como princesa y vivía como reina, todo en ella era tan refinado que parecía una versión femenina de mismo Hannibal, la diferencia era que no veía la obscuridad de Hannibal en ella, Bedelia parecía presumida, pero no una mala mujer

-mi nombre es...Will, es decir William Graham -

-ya veo...y dígame William Graham ¿que hace en la habitación del comandante Lecter?-

Will enmudeció por un minuto, aunque la mujer no se sintiera como un peligro, al parecer si estaba del lado nazi ¿que la detenía para gritar que un enemigo se había infiltrado o algo así? Will empezó a balbucear, tenía que encontrar una respuesta para la mujer y evitar que hiciera un escándalo

-yo...estuve en la batalla pasada y resulte herido, el comandante Lecter me había comentado que sabía algo de medicina y le pedí el favor de que me ayudara a retirar una bala en mi espalda-

-oh si, seguro...porque Hannibal es tan altruista que no duda en llevar a los heridos a su propia cama -

Will carraspeo un poco ante la respuesta, Bedelia tenía razón, su excusa era poco creíble, aunque a decir verdad si Bedelia hubiera querido delatarlo lo hubiera hecho al momento y no esperar a tener esta tonta charla, así que Will solo podía preguntarse que quería esta mujer realmente, se quedó en silencio mientras Bedelia terminaba  su copa de vino y merodeaba por la habitación

-conozco a Hannibal de muchos años atrás... la gente dice que somos conocidos pero yo no opino lo mismo, Hannibal Lecter nunca deja de sorprenderme, ni en sus decisiones en el campo de batalla o en sus selecciones de amante en turno-

Will sintió tanta vergüenza por dichas palabras que su sonrojo se le fue hasta las orejas

-¡se equivoca! Yo no soy su...¡nosotros no!-

Bedelia atravesó la habitación hasta la puerta con una sonrisa complacida, su copa ya estaba vacía,  antes de salir le dirigió unas últimas palabras a Will

-no se preocupe, no dire nada, lo que me sorprendió no fue su sexo...solo que no pensé que Hannibal amara tanto el peligro y se metiera con un enemigo -

Man o ToWhere stories live. Discover now