Prólogo: Comenzado desde cero en otro mundo. Otra vez

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N.A. Aquí Subaru ha matado a todos los arzobispos del pecado, por lo que ahora tiene las autoridades de todos ellos, pero con diferencias.

Edificios derribados, junto a una ciudad ardiendo en llamas. Todo provocado por un solo chico.

Después de haber matado al Santo de la Espada, Reinhard Van Astrea. Subaru fué a buscar a Emilia para que lo mate y asi cumplir su objetivo.

-¡Emilia!- Dijo emocionado.

-¿Quién eres?- Preguntó con confusión.

-Lo siento- Dijo mientras se quitaba un poco la capucha de Arzobispo -Quería estar vestido asi para este momento- Revelando su ropa de cuando llegó a este mundo -Yo soy el qué quemó todo el reino. El que asesinó al héroe de aquí. El que mató a todo tu campamento. El Arzobispo de la Soberbia. El Rey de la Purga. Natsuki Subaru- ﹰDijo a una triste Emilia.

Pero al apenas terminar de hablar, una lanza de hielo le habia perforado el pecho.

Al borde de la muerte, escuchó una pregunta de Emilia, la cual estaba llorando.

-¿Por qué haces esto?- Volvió a preguntar, aún más confundida.

-Solo diré. Te amo- Dijo para luego fallecer.

Subaru ya no se encontraba en Lugunica sino que en un lugar oscuro con solamente dos sillas, en una de las cuales habia una hermosa mujer sentada en ella. De cabello color plata como el de Emilia, con unos ojos color azul parecidos al aguamarina o al zafiro que irradiaban pureza y bondad, sus ropas azules con blanco, y detalles dorados que le daban un aire de nobleza.

(Al parecer esa bruja se cansó de su juegete favorito) Pensó el joven -¿Por fin he muerto? ¿Quién eres tú? - Dijo el joven para luego recibir una respuesta de la mujer.

(¡¿Ni siquiera se impresionó?! ¡¿Ha visto tantas veces la muerte que ya ni le afecta?!). La chica hablaria intentando mantener la calma -Soy Eris. Has muerto. Esta vez definitivamente como podrás ver. Y solo tienes pocas opciones- Diria en un tono ligeramente nervioso.

-Iré al infierno, ¿verdad?- Preguntó pero Eris responderia diferente de lo esperado.

-¡¿Ni siquiera te impresiona tu propia muerte?! ¡¿No tienes miedo de ir al infierno?!- Gritó la chica asustada por el chico delante suyo -No irás al infierno. Ni al cielo, nadie aceptó tenerte en ninguno de esos lugares. Asi que te quedan dos opciones: Reencarnar en tu mundo original como un bebé sin recuerdos, o ir a un mundo como el anterior- Diria la chica recuperando un poco la calma.

-Ni siquiera Satanás me quiere a su lado, eh... ¿Por qué quieres que vaya allí?- Cuestionó el joven a la mujer en frente de el.

-Ese mundo sufre una carencia de población debido a que nadie quiere reencarnar en el, pues ahí esta el Rey Demonio- Dijo en tono preocupado.

-Esta bien. Iré al otro mundo. ¿Podré hablar el idioma de ese mundo?- Preguntó en un tono curioso.

-Sin problemas. Conservarás tus recuerdos y habilidades de tus otros mundos. Y... Aunque usualmente te damos a elegir un arma o un talento para ayudarte. No se me ha permitido darte ninguno- Respondió la chica peliplata al chico.

-Esta bien. Enviame hacia allá- Diria el chico con un tono decidido y frio.

-S-si ahora mismo- Dijo la chica para que luego un circuito grabado dentro de un circulo brillando en azul. Para que de pronto el joven desaparezca junto con el circulo azul.

-Por fin se fué- Diria tomando aire y y sudando frio -Alguien que todavia puede mantener la compostura después de haber sufrido tanto, no puede ser humano- Dijo mientras respiraba fuerte.

Una vez fué traido por el circulo, Subaru se percató de que estaba en un lugar algo parecido a Lugunica cuando apenás estaba en su primer bucle. Casas al estilo medieval por todos lados y alguna que otra tienda por ahí. Subaru se empezó a dirigir hacia una tienda para preguntar por inidcaciones. Tenia puesto el trajo de Arzobispo junto con su bufanda

-Oiga señor. ¿No sabe donde puedo conseguir trabajo?- Preguntó Subaru con un tono frio al hombre un poco intimidado

-S-si. Puedes ir al gremio. Ahí se manejan todos los trabajos. Si vas ahí puedes trabajar de aventurero y aceptar trabajos de otras personas- Dijo el hombre en un tono notablemente nervioso

-Bien gracias- Agradeció el joven para luego ir hacia el gremio, siguiendo las explicaciones del hombre

Ya en el gremio estaba por abrir suavemente la puerta

Fin del prologo

¿Cómo estuvo amigos? Aunque nadie va a verse esta cosa. Pero si la vieran les agradeceria mucho de todo corazón. Trataré de subir un cap cada semana el dia viernes (No hay hora establecida). Sin mas que decir. Cuidense y tomen agua, adiós

Re Zero: Subaru. El Rey De Los Arzobispos en konosuba (CONCLUIDA)Where stories live. Discover now