☁𓂃' Capítulo 05 𓇢🌟ˎˊ

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El día más odiado llegó

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El día más odiado llegó.

Jisung no paraba de soltar gruñidos a las enfermeras mientras sostenía a San contra su pecho. Hoy era el día de las primeras vacunas del cachorrito y Han tenía su instinto de protección al 100%, desde que se despertó en la mañana no había soltado a su hijo en ningún momento, ni siquiera dejaba que Minho lo tenga en brazos.

Al llegar al hospital con el pediatra, no paró de mostrar sus colmillos y gruñirle al equipo medico. Las enfermeras y Gong Yoo, el pediatra, no sabían que hacer para calmar al omega, si se acercaban el pelinegro gruñía. Y el alfa tampoco sabía que hacer, su novio no dejaba que toque a su hijo y solo podía estar cerca a cierta distancia.

Minho se sentía nervioso y avergonzado por el comportamiento de Jisung, también algo tonto por no saber calmarlo.

—Sung...

¡No!—Gritó—¡Mi bebé! ¡Mío! ¡Aléjense!

Minho apretó los labios. Jisung nunca usaba su voz de omega a no ser que este en celo o muy enojado, cosa que normalmente no pasa, pero ahora estaba demasiado enojado.

La voz de omega muy pocos la tenían, solo uno entre cien la poseían y Jisung es ese uno. La voz de omega se dividía en dos: una parte es en los celos, esta sirve para seducir a los alfas y así lograr tener relaciones sexuales, era una voz melosa, como un ronroneo y podía sonar algo jadeante. La otra parte solo se activaba si el omega estaba furioso o sintiéndose amenazado, se usaba para tratar de asustar o ahuyentar a la supuesta amenaza, esta se escuchaba como un gruñido, ronca y fuerte.

Lamentablemente pocos omegas en el mundo poseen esta voz. Los que la poseen eran catalogados como omegas especiales. 

El alfa se acercó ignorando los gruñidos de Jisung y lo tomó por los bíceps delicadamente. Su gesto se suavizó al tener al alfa cerca.

—Amor, es para que el bebé esté bien, ¿si?—Habló de la forma más calmada que pudo.

—¡No! Le harán daño—Su gesto cambión, sus ojos brillaron y labio inferior tembló—Le dolerá, va a llorar, Hyung...

—Lo sé, cosita, pero es para que crezca sano—Dice acariciando su mejilla. Jisung apretó los labios, indeciso.

—Puede sentarse con San en su regazo—Habla Yoo.

Luego de darle una rápida mirada a su alfa, se sentó en la camilla en su hijo en su regazo, frente a él se colocó el pediatra con una cálida sonrisa y una jeringa en la mano. Una de las enfermeras se acercó y limpió una parte del muslo de San donde iría el pinchazo.

Jisung mordió el labio inferior con miedo y preocupación.

El pediatra hacía gestos o cantaba para tratar de distraer a San a medida que acercaba la jeringa a su pequeño muslo. El niño movía sus manitos a la vez que soltaba tiernos soniditos, todo se transformó en un fuerte llanto por el dolor que sintió en su pequeña extremidad.

𝘾𝙪𝙞𝙙𝙖𝙣𝙙𝙤 𝙖 𝙇𝙚𝙚 𝙎𝙖𝙣  ৎ୭  𝙈𝙞𝙣𝙨𝙪𝙣𝙜 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora