D i e c i s i e t e.

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Abrí los ojos siendo consciente de que estaba en la cama de Jared. Desnuda.

Cerré los ojos y me tapé la cara con la almohada. No sabía que hora era pero seguro que pronto no.

Jared no estaba en su cuarto, pero si sus cajas de cartón. Había empezado a empaquetar todo de nuevo. Tragué saliva y me volví a vestir. Me miré en su espejo y me hice una trenza a un lado.

Justo cuando acabé, Jared entró en el cuarto con una bandeja con un sándwich y un jumo.

—Ey, ¿estás bien?

—Chloe está embarazada.

Ahí está. Mi lado directo. El lado que no quiere rodeos y quiere ir al grano.

—Joder.

Me giré para mirarle.

—¿Te acuerdas el día que viniste a buscarme después de discutir con Chloe?—asintió—. Pues, al parecer me lo iba a soltar ahí.

Se sentó en la cama.

—¿Su novio lo sabe?

—No lo sé—admití. Me pasé las manos por el pelo— Me siento estúpida.

—¿Por qué, Eden?—susurró.

—¡Por todo!—grité.— No me doy cuenta de las cosas. No me doy cuenta de que mi mejor amiga me quiere decir algo importante. No me doy cuenta de que trajiste muy poco equipaje para quedarte para siempre—cogí aire—. Solo pienso en mi.

—Eden...

—¿No lo ves?—ya no aguanté más y las lágrimas salieron. — Soy una egoísta. Me refugio en el alcohol y no me doy cuenta de lo que pasa a mi alrededor.

Lo había soltado. Y al hacerlo, todo mi cuerpo tiritaba. Me cubrí los ojos con las manos. No quería que me viese así. No quería que me viese tan impotente.

—Eden mírame —abrí los ojos y lo vi a unos centímetros míos —No te sientas culpable, ¿vale? Hay personaa que les cuesta darse cuenta de las cosas. Eso es algo natural.—paró durante un segundo antes de seguir—Sí, eres una egoísta, ¿eso es lo que querías oir? Todos lo somos. No te sientas culpable por ser menos observadora que otros, ¿vale?

Asentí con el nudo en la garganta.

—¿Cómo estás tú?— pregunté.—¿Cómo te sientes con la mudanza?

—Eden, no tienes que cambiar de tema.

—Quiero saber cómo te sientes—pedí.

Durante unos segundos se quedó en silencio hasta que al final cedió.

—No quiero irme—admitió.—No quiero irme y eso me mata por dentro.

Asentí.

—Bien, menos mal—suspiré—. Si te sintirdes bien me empezaría a preocupar porque eso querría decir que no me echarías de menos y sé que soy difícil de olvidar. Por lo que algo andaría mal en ti.

Se rió. Ese er mi objetivo. Verle reír.

—Cierto. Eres difícil de olvidar. —me besó.— al igual que yo. Sé que soy increíblemente irresistible. No te será fácil aguantar hasta navidades sin tener sexo conmigo.

Solté una carcajada. Ese era el Jared que conocia.

De pronto, se me vino a la cabeza que íbamos a estar separados pero no sólo como amigos, sino como pareja. Y con tan solo pensar en ello la sonrisa se me fue.

—Vamos a tener una relación a distancia.

—Lo sé—admitió.

—¿Y si no funciona?— le miré a los ojos desesperada por que tuviese una respuesta—. ¿ Y si, las cosas se complican entre nosotros?

—Las arreglaremos—me aseguró.

—Jared, eres mi novio, pero ante todo mi mejor amigo. No quiero perderte.

—Y no lo harás—me aseguró.

—¿Y si no soy capaz yo?—pregunté con un hilo.—No se me da muy bien eso de llamar por teléfono frecuentemente.

—¿Qué quieres decir?

Tragué saliva.

—Creo que, lo mejor será no tener nada comprometedor hasta que nos volvamos a ver.

—Joder Eden.

—¡Piénsalo! Te estoy evitando sufrir.

Cerró los ojos.

—Me estás pidiendo que te deje ir hasta navidades. ¿Y después que? Nos acostamos y se vuelve a a normalidad. ¿Pero después? Las navidades son muy cortas y, quieras o no tendré que volver. ¿Volveremos a dejarlo?

Tragué saliva.

—Yo solo quiero que sepas que lo de las relaciones a distancia se me dan muy mal.

—¿Por qjé dices eso?

—¿Te acuerdas del chico del que te hablé?¿Con el que perdí la virginidad?

—Si...

—¿Te crees que no intenté mantener el contacto? ¡Es muy difícil Jared! Y al final, quieras o no una de las dos partes se cansa y cuando eso sucede eso se acaba, y cuando pasa, una de las dos partes suele salir más perjudicada que la otra.

—Fuiste la que salió peor parada—adivinó.

—No quiero que pases por lo mismo que pasé yo.

Se cruzó de brazos y evitó mi mirada.

—¿Tengo alguna posibilidad de convencerte de lo contrario?

Sonreí tristemente.

—No.

Asintió.

—Será mejor que me vaya—susurré. Jared no se movió y supe que no me iba a detener.— Lo siento mucho de verdad.

Salí de su cuarto cerrando la puerta tras mi ahogando un llanto.

Era lo mejor.

El Chico De Al Lado © ✔️Where stories live. Discover now