"Nunca pensé conocerte así"
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Hablando de los bajos mundos, un niño al que le fue arrebatada su inocencia, otro que lo perdió todo, nunca sabes con quien te estás topando pero cuando la vida te da la espalda a una temprana edad es devastador...
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Las calurosas costas del East Blue con sus aguas Esmeralda y sus Arenas finas y blancas eran el mejor paisaje para ver día, tarde o noche, desde luego que la Familia D estaba deacuerdo, a pesar de buscar la paz fuera de los negocios familiares al final, crecer involucrados desde la niñez no ayudó a aquella idea, pero para su fortuna habían creado demaciado bien sus propios caminos con sus propios nombres a recalcar aparte de su familia en el bajo mundo, desde luego gracias en gran parte a su anonimato podían vivir en aquella paz que tanto habían anhelado, rechazando trabajos que no creían convenientes y trabajando en unos propios decentes sin ser acusados, después de que la Marina se hechara en gran parte a nombre la captura y rompimiento de ambas familias del bajo mundo no pudieron negar que quizá la Gran familia D tenía algo que ver y quizá esto enriquecia a una nueva era en aquel medio tan sucio, poco de equivocaban una verdadera familia estaba a cargo de esas leyes, unas que ni el gobierno mundial podia tocar. Esa era la verdad, una que ni el Gobierno pudo evitar que fuera escrita en todos los periódicos del mundo, pero eso no afectaba en nada a los D, mientras su felicidad fuera su propio secreto.
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Luffy no solía estar inquieto mientras estaba solo en casa, al contrario, le gustaba disfrutar de esa soledad haciendo su propio desastre, aprebachando para entrenar a solas y para pensar en torao, se preguntaba cómo le estaría llendo ahora en el nuevo hospital del puedo del que eran dueños, necesitaba un lugar en donde ocuparse y simplemente lo mandó a hacer, así de simple. El Tintineo agudo del timbre lo hizo salir de sus pensamientos recordando que esperaba a alguien ahora, se levantó dejando a un lado el más reciente álbum familiar y abrió la puerta, esbozó una gran sonrisa al encontrarse con el Rubio de cejas rizadas que vivía junto a su pareja cerca de los límites del pueblo, por ello le veía muy poco, habían hecho si vida a parte pero seguian siendo fieles a la organización después disolver el nombre de su família original.
-qué tal Luffy?
-gracias por venir Sanji!! Oh! Hola Reiju~ como estas? Gracias por venir también!
Una pequeña peliverde se ocultaba detrás de la pierna del rubio, era tímida más sin embargo al ver a Luffy siempre mostraba una sonrisa llena de alegría, a Luffy le había hecho gracia desde que la vió que se pareciera a sus dos papas, primero el cabello de Zoro y después las cejas de sanji, claro que ambos lo pusieron en su lugar por reírse de algo tan absurdo pero con el pasar del tiempo al ir seguido la pequeña Reiju se había apegado a su tío Luffy como a sus padres, eso lo agradecían, quería decir que a pesar de su actitud infantil el pelinegro podía ser bueno con los niños después de todo, quizá por ser Omega?
-mm? Pero que veo? Sanji! Tiene un ojo de cada color.... Por que no lo había notado?
-eh? Bueno... No era muy visible hasta ahora pero siempre fue así que dices?
