Prólogo - Cadenas

120 9 2
                                    

*Sing* *Sing*

El sonido de las cadenas resonaba mientras eran arrastradas por el suelo.

*Paso* *Paso*

Y junto a ellas el sonido de los pasos lentos y casi inaudibles de un hombre encadenado. ¿Hombre? Bueno tal vez así podía verse, pero para la gran multitud a su alrededor aquel ser que se veía y caminaba como un hombre no era más que una abominación....

"¡¡MONSTRUO!!"

"¡¡MUERE DE UNA VEZ!!"

"¡¡ASESINO!!"

Los gritos incesantes de la multitud llenaban los oídos de todo aquel que estuviera cerca del lugar, sin parar cada insulto contenía una rabia incontrolable. Desde pequeños inocentes imitando el comportamiento de sus mayores, a mayores siendo impulsados por los ojos de los pequeños y la rabia que poco a poco crecía sin parar dentro de ellos, todo dirigido a un hombre. No, a una abominación que tanto odiaban, mientras aquella llamada abominación sin dirigir una palabra a nadie decidió parar en seco observando su destino.

Aquella soga que parecía esperarlo con ansias, como si fuera alimentada con los gritos de la gente, con su miedo, con su ira, con su odio, aquella horca parecía esperar a su próxima víctima ansiosa. Todo mientras la propia víctima observaba impasible aquella cuerda, como si de alguna manera tuviera vida propia -"Camina de una vez" - el sonido de la voz del guardia lo saco de su trance seguido del propio golpe de este para que siguiera caminando.

*Sing* *Sing*

Las cadenas resonaron nuevamente mientras aquel hombre seguía caminando hacia su destino, sus ojos observaron su ropa hecha harapos, pegada a su cuerpo, toda de color blanco y sucia, sus pies dañados que apenas lo podían mantener en pie, las uñas de estos mismos ya no existían sino solo la sangre que remplazo a estas mismas, sus tobillos adoloridos por aquellos grilletes que conectados a las cadenas que llegaban sus muñecas lo hizo observar sus manos que no estaban en mejor condición que sus pies, las cadenas de estas siguiendo hasta el grillete alrededor de su cuello, que aunque no podía observarlo, sentía el frió metal de este ahorcandolo un poco, impidiendo tener una buena respiración por si en algún momento decidía correr.

"¡Oh amados habitantes, escuchen!"

Parece que había perdido la noción de lo que pasaba a su alrededor. Se encontraba de rodillas frente a aquella cuerda. Escucho aquella voz que pareció reconocer, haciendo que alzará su cabeza para ver a aquel hombre que gritaba, su vista detenida por el flequillo de su cabello ahora blanco y desordenado le impidió observar aquella figura a la que alguna vez creyó llamar ¿amigo o compañero? Ya no lo sabía ni le importaba.

"¡Hoy estamos aquí para por fin juzgar al traidor...al monstruo con máscara humana, que ha cometido crímenes imperdonables para nuestra nación!"

La multitud parecía compartir el gran entusiasmo de aquella figura que gritaba y anunciaba los incontables crímenes de el traidor, desde asesinato, hasta violación, desde tortura hasta extorsión y desde confabular en contra de la nación, hasta ser aquel que una guerra ocasionó solo por poder y ¿diversión?. Que estupidez pensó. Todo mientras su rostro permanecía igual de impasible, solo apenas podía observar aquella cuerda que colgaba frente a él, como si esta tuviera vida propia y ansiara alfin poder ahorcar a su preciada víctima.

"¡Por todos estos crímenes la abominación conocida como Shirou Emiya es sentenciado a muerte en la horca!"

Y allí estaba la sentencia final, todo seguido del grito de la multitud, celebrando de como aquel al que alguna vez alabaron como héroe hoy sería como a lo que ellos creían, castigado como la abominación que oculto ser.

You've reached the end of published parts.

⏰ Last updated: Dec 17, 2023 ⏰

Add this story to your Library to get notified about new parts!

El Caminante Where stories live. Discover now