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La llegada de nuevos peli-plateados era algo sorprendente, la duda de aquellos siendo verdaderos Targaryen desapareció entre aquellos que acompañaron al rey para interrogarlos.

Pero la duda permaneció para el señor de los mares. Lord Valaryon no se fiaba de los extraños, pero mucho más su hermano quien fuertemente se aferraba en el linaje familiar.

- Marcharemos mañana al amanecer- anuncio Lord Valaryon a su familia

- En verdad... Padre, ¿visitaremos el desembarco del rey?- pregunto Laenor

- Si, debo ver con mis propios ojos aquellos 'Targaryen'

- Llegaron con cinco dragones.. Dragones enormes, incluso un tonto sabria la diferenciar a un dragon de un pájaro grande

La voz de la señora de la casa, Rhaenys, resonó por las paredes, llamando la atención de los hombres.

- Ningun Targaryen aparece de la nada. Mucho menos dragones al que los guardianes desconozcan. Y si esa información es cierta - apuntando al mensajero - Ningun dragon crecería sin llamar la atención.

- Precisamente, eso parece ser suficiente prueba para conocer su identidad. Pero si aun estas inseguro... - le entrega una carta, una proveniente del mismísimo rey

- ¿Viserys..?

- El y el consejo fueron testigos de su sangre. Ellos no son como nosotros, Corlys.

- ¿Y como lo demostraron? - pregunto Laenor, naturalmente curioso, interviniendo en la conversación de sus padres

- ... Tocaron el hierro ardiente con las manos desnudas

- !!! Pero eso es...!!

- Si las palabras del rey son acuradas... Su sangre es fuerte, aun así....

- Aun así queras ponerlos a prueba... Solo no los provoques demasiado. Parecen ser jóvenes bien entrenados

...............

Después de una larga mañana de entrenamiento y lidiando con algunos nobles, Rhaegar junto con su hijo mayor, Jorah, buscaban reunirse con la resta de la familia.

- Padre, ¿que aremos ahora?, ya pasaron muchas lunas...

- Todavía no hay información util con la piedra roja, aparte de que se esta oscureciendo - dijo lo ultimo con un tono serio

- Pero eso fue por el motivo por la que llegamos...!!

- Mantén la calma, Jorah. Esta tarde hablare de nuevo con el rey y pediré permiso para entrar en la sala de registros. Tal vez consiga encontrar información útil.

- ... Todavía me parece extraño. Era como si nos llamaban...

- Lo se, pude sentirlo y estoy seguro que a ti también

- ...

- Vámonos, tus hermanos y tio deben de estar esperándonos para comer

.....

Mientras tanto, tres inquietos dragones se manifestaban con fuertes rugidos al no poder salir de aquella pequeña 'guarida'. No era como antes, cuando podían salir cuando se les daba la gana- eso si, sin volar. Ya que sabían que sus jinetes no estarían felices-

Los dragones mayores, Syrego y lagar, estaban más tranquilos, pero eso no indicaba que fueran menos agresivos en el momento que alguien los interrumpía. Solo sus jinetes podían acercarse a ellos para darles de comer o dar ordenes, causando algunos problemas hacia los guardianes quienes se encargaban de cuidar de los dragones.

- Bien, bien. Tranquila, Solarys. - Hablo Elaena suavemente después de sacar a su dragona de las oscuras cuevas. A la vez, la joven dragona se encontraba sumamente feliz al sentir la briza.

- Parece finalmente calmarse. - dijo una voz tras la joven

- ... Principe- saludo la joven modestamente, aunque su dragona gruño a cambio

- Simplemente escuche que sus dragones no eran de los más... amigables con sus nuevos amigos - hablo entre risas mientras se acercaba. Tras de el otro tipo de rugido se escucho y un dragon más grande y rojo salió de las colinas.

- Caraxes...

- Veo que lo conoce, princesa.

- Es difícil no, especialmente con la reputación que lo sigue, principe Daemon.

- Entonces a la princesa no le importara compartir un vuelo. Seria un honor conocer su talento de vuelo. Su hermano fue suficientemente amable para contarme lo hábil que es... - dijo con un tono sutilmente retador.

- ... (Padre dijo de mantenerme alejada de el, pero... no parece dejarme en paz) Solo si puede permitirse el lujo de seguirme.

- Carax es rápido- respondió seguro y con su típica sonrisa plasmada en el rostro

- Eso espero

En poco tiempo se vio en los cielos a dos dragones, el famoso Caraxes era difícil de no reconocerlos para aquellos del desembarco del rey. Aunque solo podían deducir que la segunda figura era alguno de esos dragones de los misteriosos Targaryen.

Solarys apenas alcanzaba a Caraxes en cuanto a tamaño, pero aun así era grande y ligera, al igual que veloz en cambio de sentidos y muy flexible en vuelo.

Daemon se sorprendió por la agilidad que tenían en aire, tanto a por el dragon como su jinete. Parecía que su diversion no asía más que aumentar con la llegada de aquella familia Targaryen. Especialmente con los más jóvenes.

El mayor de los hermanos, encajaba perfectamente como un principe caballeroso y hábil con la espada. Después estaban los mellizos, igual de talentosos, pero le llamaba más la atención la chica, quien parece tener una educación inusual.

Yo soy una Targaryen....Where stories live. Discover now