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ᵉʳⁱᶜ ᶜᵒᵘˡᵗᵉʳ









































      HABIA SIDO UN LARGO DIA, donde había estado encargada de ir de un lado a otro arreglando uno que otro detalle para los iniciados, Max había decidido que recibiría al resto junto a Amar, Amar estaría al pendiente de los trasferidos y nacidos ...

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      HABIA SIDO UN LARGO DIA, donde había estado encargada de ir de un lado a otro arreglando uno que otro detalle para los iniciados, Max había decidido que recibiría al resto junto a Amar, Amar estaría al pendiente de los trasferidos y nacidos en Osadía cuando se lanzan, mientras yo estaría encargada de darle una buena bienvenida junto a otros líderes.

Faltaba poco para que el tren llegará, algunos estaban a mi alrededor apostando sobre la cantidad de nuevo que pensaban vendrían. Algo que había aprendído con el tiempo era el hecho de que entre menos trasferidos parecía ser lo mejor, menos peso encima y por supuesto más coordinación a la hora de entrenar.

Eran complicadas las iniciaciones pero con un poco de esfuerzo, todo saldría bien. O eso esperaba, los Osados y trasladados saltaban através del tren, como me imaginaba otros prefirieron quedarse en el tren, por un miedo a las alturas u otro.

— Acerquense aquí — Eran pocos, y de alguna manera era perfecto la pequeña cantidad de nuevos que veía.

— Bienvenidos a Osadía! —grite— Donde te enfrentas a tus miedos e intentas no morir en el intento o te marchas como un cobarde.
No me sorprende que este año hayamos batido por lo bajo el récord de trasladados de otras facciones —

Los osados dan puñetazos al aire mientras gritan de alegría, como si el hecho de que nadie quiera unirse a nosotros fuese motivo de orgullo.

—La única forma de entrar en el complejo de Osadía desde este tejado es saltar de la cornisa —explique, abri los brazos para señalar el espacio vacío que me rodeaba.

Tome un poco de aire antes de seguir hablando, las miradas de todos me hacían sentir presionada.

— Como siempre, primero ofrezco la oportunidad a nuestros iniciados, ya sean nacidos en Osadía o no — La mayoría dudo, pero el primero en dar un paso fue Zeke, uno de los nacidos en Osadía, la mayoría de su combo grito a su alrededor.

— ¿Puedo? — Asentí dándole una corta mirada— Adelante — hablé para el, Zeke se sube a la cornisa de un salto, pero calcula mal y se inclina hacia adelante, perdiendo el equilibrio. Chilla algo ininteligible y desaparece.

La chica veraz que estaba más cerca ahoga un grito y se tapa la boca con una mano, pero los amigos osados de Zeke rompen a reír. Creo que este no era el momento heroico y dramático que él tenía en mente.

— Hagan una fila, para ir saltando por favor — La mayoría hizo caso, aunque algunos simplemente pensaban en las posibilidades que había de morir.

          𝑉𝐸𝑁𝑂𝑀|    ᵉʳⁱᶜ ᶜᵒᵘˡᵗᵉʳDonde viven las historias. Descúbrelo ahora