XIII

11 0 0
                                    

No era que no podías, si no que conmigo no querías.

Me mandabas mensajes diciéndome que me echabas de menos, pero ya era demasiado tarde. Mientras yo te lloraba, tú salías por ahí sin improtarte nada.

Me prometiste que íbamos a escribir la historia más bonita jamás contada. Pero me mentiste. Claro que fue bonito, al principio, con las risas que me regalabas, las noches durmiendo juntos, y cada vez que me acurrucaba en tu pecho y tú me acariciabas el pelo en señal de que todo estaría bien.

Yo me creí que siempre estarías ahí para mí, que me querrías toda la vida. Me acuerdo cómo te brillaban los ojos al principio cuando me veías llegar, pero luego poco a poco se te fueron apagando.

Una vez me dijiste que cada vez que te escribía se te aceleraba el corazón, entonces ¿que pasó?, que fue lo que hizo que te dejara de latir tan rápido cuando me veías.

Quiero que sepas que a mí aún no se me ha quitado ese brillo de los ojos cuando veo nuestras fotos, que aún se me acelera el corazón cada vez que te veo en algún vídeo, y que aún siento las mariposas en el estómago como el primer día que te vi.

Fue una historia bonita, me dedicabas canciones, me regalabas collares para ir a juego, pero, ¿porque todo se acabó tan rápido?

"Te echo de menos" me escribes, pero cuando me tenías no me dabas importancia.

Jamás vamos a saber cómo continuaría nuestra historia, pero podría haber sido la historia más bonito nunca escrita.

La historia más bonita nunca escrita.

SerendipiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora