Capítulo 54.

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Aquella cínica sonrisa no salía de su rostro. Sentí que la sangre me hervía ¿Qué diablos hacia él aquí? 

— ¿Qué quieres? — Le pregunté de mala manera. Él volvió a mirar a Camila. 

— ¿No me vas a invitar a pasar? — Me preguntó. 

Me quedé quieta en el lugar... no iba a dejarlo pasar.

Sentí unas pequeñas manos apoyarse en mi espalda. Giré mi cabeza y la miré. Ella asintió levemente. 

— Pasa. — Le dije a mi padre y me corrí de la puerta. Él entró y miró a su alrededor. 

— Buenos días, Camila. — Le dijo a ella.

— Buenos días señor Jauregui. — Le respondió.

— Espero no haber llegado en un mal momento. 

— No, para nada. — Dijo Karla y sonrió de manera falsa. Reí por lo bajo. — Estábamos por desayunar ¿Quiere desayunar con nosotras? 

— No gracias. — Dijo él y se sentó en una de las sillas. Camila me miró y sonrió de manera dulce.

— ¿Qué lo trae por aquí señor Jauregui? — Le preguntó.

— Necesito hablar unos asuntos con Lauren. — Le dijo de manera tajante.

— Bueno... yo ya me estaba por ir, y... 

— No, tú no te vas a ningún lado. — La detuve. Ella me miró. — Cualquier cosa de la que me quieras hablar puedes hacerlo delante de Camila, padre. 

Él me miró fijo, y luego miró a Camz.. Ella se veía algo sorprendida. 

— Es un asunto delicado. — Prosiguió él. 

— No interesa, yo no tengo secretos con mi novia. Si no se entera ahora, se va a enterar después. 

— ¿Novia? — Preguntó confundido. 

— Oh, como fui tan tonta de no decirte papi. — Dije irónica y me acerqué a Camz para abrazarla de costado. — Te presento a tu nuera... ¿no es encantadora? 

Michael nos miró algo atónito. Giré mi cabeza para mirar a Camila y sus mejillas estaban totalmente enrojecidas. Levantó la cabeza y me miró. Le guiñé un ojo y negó divertida con la cabeza. 

— Así que, son novias. 

— Si. — Dijo ella asintiendo. — Espero que le agrade la idea de tenerme en su familia. A mi me encanta que usted sea mi suegro. — Noté aquel particular tono de sarcasmo. 

— Claro que estoy contento, no te imaginas cuanto pequeña. — Le dijo él. 

Noté algo muy extraño en aquella afirmación. Lo miré fijo, tratando de saber que pretendía. 

— ¿Y bien? ¿A qué has venido? — Le pregunté de manera cortante. 

— Cariño, no seas tan grosera. ¿Por qué no le ofreces una taza de café a tu padre? — Me preguntó mi bella novia. La miré y ella alzó ambas cejas. 

— Oh si, tienes razón amor. — Le dije y me acerqué a donde estaba ella. — Papi, ¿quieres café? 

— Un poco estaría bien. — Me dijo él.

Agarré una taza y serví el café. Me acerqué al oído de Camila. 

— ¿Puedo escupir un poco en él? — Le pregunté. 

Ella soltó una leve risita y ambas miramos a mi padre. 

— Un poco no estaría mal, creo que ha arruinado algo. — Susurró ella. 

I Want You. | | Camren.Where stories live. Discover now