II

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Apenas llegué a la oficina le notifiqué a Erica que llamara al joven Stilinski apenas pudiera, mientras yo me puse a terminar unos informes para pasar el tiempo mientras esperaba.

Aproximadamente una hora y media después de escuche los leves toques en la puerta de mi oficina, así que presione el botón para que se abriera dejando pasar al señorito que me había despertado la noche anterior.

-¿Quería verme? -preguntó, yo no había levantado mi cabeza de los papeles así que no estaba muy seguro de lo que él estaba haciendo.

Abrí uno de los cajones de mi escritorio y saque unas pastillas, calmadamente me levante y serví un vaso de agua.

-Toma, estas pastillas son buenas contra el dolor de cabeza -dije dándole el vaso y las pastillas y no perdí la oportunidad de tocar sus manos.

Suaves.

-¿Gracias? -dijo después de tomarlas.

-Ni lo menciones, yo mejor que nadie sé que la resaca es una perra -le respondí mientras me sentaba en mi escritorio, esta vez guardando los papeles.

Ya terminaría los informes otro día.

-¿Cómo?

-¿Acaso no recuerdas lo que hiciste ayer, querido? -contesté sin dejarlo terminar tomando mi móvil del escritorio y poniéndolo hacia arriba en este mostrando la hilera de mensajes que él me había mandado ayer.

-Mierda -salió casi en un susurro desde sus labios, pero lo pude escuchar.

El castaño estaba tan inmerso en la pantalla de mi móvil que no notó que me había puesto atrás suyo.

-¿No quieres leerlos en voz alta? Es que hay unos mensajes que no me quedaron muy claros -hablé directamente en su oído haciéndolo saltar mientras se volteaba bruscamente.

Lo acorrale contra en escritorio tomando mi teléfono y dándoselo para que pudiera leerme los mensajes.

-Soy todo oídos -dije aun sin moverme.

Se quedo en silencio unos minutos probablemente preguntándose si yo iba en serio, pero al notar que no me movía se rindió y empezó a leer

-Ho-hola jefe -hablo tartamudeando lo que me hizo sonreír levemente -estoy en un bar y mis amigos me retaron a confesarme a la persona que me gusta, así que -hizo otra pausa y volvió a mirarme a lo que yo solo levante ambas cejas, pero no dije nada -me gustas -dijo casi en un susurro -pero me gustaría más tener tu -paró de nuevo y me miro completamente sonrojado con los ojos totalmente abiertos -Carajo, lo siento muchi-

-Sigue -lo interrumpí.

-No me haga leer eso por favor -dijo suplicante.

-Sigue -le respondí casi interrumpiéndolo.

Soltó un suspiro, pero siguió hablando mientras yo veía como el sonrojo se esparcía por su cuello.

-Me gustaría más tener tu- tu polla entre mis pi-piernas y tus manos en mi cu-cuello -dijo sin hacer contacto visual conmigo bajando la cabeza.

Le quité el teléfono de sus manos y lo volví a poner en el escritorio.

Separé sus piernas con mi rodilla logrando acercarme más a él, puse una de mis manos en su cuello y empecé a acariciar levemente su quijada con mi pulgar.

-¿Así? -pregunte casi susurrando mientras lo veía directamente a los ojos -¿O prefieres que apriete más? -apreté levemente el agarre de mi mano en su cuello.

Escuché como soltó un leve jadeo y yo le sonreí levemente presionando mi cadera contra la suya notando la leve dureza que había en su entrepierna.

-Se-señor Hale.

Drunk words are sobber thoughts -AU STEREK TWO SHOT-Where stories live. Discover now