Solo un poco más

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Era un día como cualquier otro para Gotō Hitori, uno de esos días en los que salía de clases, trabajaba en Starry junto a sus compañeras, tenía uno que otro pequeño colapso por tratar de interactuar con los clientes, se reponía después de unos minutos con ayuda de sus amigas y se quedaba ensayando con la banda casi hasta al anochecer.

Después de tantos meses (casi un año) junto a sus amigas, se había vuelto bastante común que Gotō alias Bocchi se viera un poco más animada de lo usual, lo cual ya era muy extraño tratándose de esta chica en específico. ¿La razón? Meses antes, desde que tuvo aquella conversación con su amiga, Ijichi Nijika, había ganado un poco más de confianza en sí misma; aunque nadie, además de la baterista, lo notara a simple vista.

Puntos extra por haber mejorado y no explotar de la emoción en los últimos días.

Bocchi era como un libro abierto para casi todo el mundo, especialmente para Nijika, quien extrañamente se había convertido en más que una simple amiga que cuida y protege a la peli-rosa. Siempre pendiente a ella, siempre alentándola, siempre cuidando de que su amiga, Yamada Ryō, no se llevara el salario de Bocchi con algunos de sus chantajes (cuentas claras, amistades largas). Y eso no pasaba desapercibido tan fácilmente para la bajista y vocalista, obviamente algo pasaba entre Bocchi y Nijika.

Nijika

Nijika

Nijika

Nijika

Aquella chica tan gentil, que con solo mirarla te daba esa confianza que alguna vez creíste perdida, sus cabellos rubios, su mirada honesta, su voz angelical...

¡Definitivamente algo había con ella!

No podía ser posible que cada vez la mente de la guitarrista estuviera más y más al pendiente de ella. Alguien había conspirado en su contra para hacerle perder la concentración cada vez que pensara en esta chica. Cada vez su cabeza se llenaba de pensamientos emocionantes, alegres, apasionantes, raros... ¿siniestros? Como sea, todos y cada uno de ellos siempre terminaban dirigiéndose hacia aquella chica rubia de ojos marrón oscuro, ¿o tal vez color rojizo, caoba? Necesitaba ver más seguido hacia aquella mirada tan atrayente (aunque ver directamente hacia los ojos nunca ha sido lo suyo, pero haría un esfuerzo por Nijika).

Desde que la pelirosa y la rubia empezaron a salir, todo se había vuelto un caos en el corazón y la mente de nuestra guitarrista favorita.

No es que Bocchi fuera nueva en estos temas (uff, para nada). Pero siendo esta la situación, la hacía sobre pensar todo. ¿Cómo se supone que debía actuar cuando estuvieran a solas? ¿Cómo debían tratarse cuando estuvieran frente a otras personas?

Si bien, ambas habían acordado aun no darle la noticia al resto de la banda hasta que Bocchi estuviera lista, la culpa (y desesperación) carcomían a la guitarrista.

¡Todo esto era nuevo para ella! (La experiencia quedó ahí regada y la perdió, eh)

A todo esto, sumando las fuertes ganas de pedirle abrazos (y besos de piquito) a su novia estando en público, antes de salir a cualquier concierto, al despedirse para ir a casa junto a su amiga, Kita Ikuyo, cuando su chica no pudiera acompañarla... ugh, era algo estresante.

Está bien. Aun no se sentía del todo lista para anunciar su primer noviazgo a sus amigas, aún más tomando en cuenta que estaba saliendo con otra chica (no cualquier chica, obviamente), pero eso no significaba que no quería todo lo anterior sin tapujos.

−Bocchi-chan, ¿estás bien? −preguntó Nijika, algo preocupada. Últimamente la peli-rosa se quedaba absorta en sus pensamientos por más tiempo de lo usual.

Un poco másWhere stories live. Discover now