Cálido.

3.1K 431 369
                                    

Julián después de presentarse ante aquel chico, se dedicó a quedarse en un silencio absoluto por más de diez minutos.

Enzo no dijo nada, Julián permanecía mudo, no se conocían, así que no tenían nada de qué hablar.

Sin embargo la compañía del otro no resultaba molesta.

─ ¿Vivís acá? ─ Preguntó Julián tratando de romper el hielo, Enzo asintió, llevaban un buen rato sentados en el pasto, según el cordobés, Enzo se había invitado solito a estar junto a él.

Enzo era un chico de quince años, muy tranquilo, muy de casa. Había vivido toda su vida en una zona muy rural, por lo tanto no estaba familiarizado con las modas actuales. Enzo vestía muy distinto a Julián, a quien le gustaban las cosas caras, mientras que Enzo parecía ser feliz con un short y una remera de lo más simple.

─ Desde siempre. ─ Enzo soltó, toda su vida había sido un chico más bien callado, ya que no tenía muchos amigos por ahí.

Más que nada porque casi no habían chicos de su edad, sólo una de sus mejores amigas de toda la vida, Valentina, y un chico que recientemente había llegado al pueblo, llamado Nicolás.

Julián jugó con sus dedos. Un silencio se formó, no estaba tan cerca de Enzo pero tampoco tan lejos, lo miró algo tímido, suspirando.

─ Perdón por insultarte tanto, es que me asustaste. ─ Soltó con vergüenza, Fernández sólo sonrió, negando con su cabeza, dedicándole una mirada con sus ojitos achinados a Julián, quien sintió algo extraño en el pecho.

─ Fue culpa mía, me aparecí de la nada. ─ Lo consoló, Julián sólo sonrió, agradecido de que Enzo no lo detestara. Sería chiste llegar al pueblucho y ya haberse ganado un enemigo.

Julián era un poco dramático igual.

─ Sos cordobés. ─ Murmuró Enzo, era muy observador, podia notarlo por el acento en la voz de Julián. Este salió de sus pensamientos rápidamente, viendo a los profundos ojos de Enzo. ─ Me gusta tu acento.

Julián se sintió rápidamente cohibido y avergonzado, sonrió apartando su mirada, dirigiéndola a sus manos, comenzando a jugar con el pasto bajo su cuerpo con sus dedos, Enzo lo miró, no dejaba de hacerlo.

─ Gracias... ─ Susurró Julián algo tímido. Sintió la necesidad de devolverle el halago, aunque no lo calculó muy bien.

─ A mí me parecés lindo.

Enzo lo miró rápidamente, Julián apenas cayó en cuenta de lo que había dicho se quiso autoencajar siete trompadas.

Enzo no le quitaba la mirada de encima, y eso lo ponía más nervioso.

¿Por qué había dicho eso?, Ni siquiera era un buen halago, ahora Enzo iba a pensar mal de él.

Julián empezó a pensar en todas las posibles formas en las que podría irse, simplemente sin decir nada más, esperando que Enzo no lo viese de mala manera.

─ Vos también me parecés lindo.

Julián sintió algo raro en el estómago. Enzo le sonrió, como si acabara de decir lo más normal del mundo.

Y quizás así era, pero para Julián, por alguna razón, la situación lo estaba poniendo nervioso.

Todo estaba siendo más de "trolo" de lo que le gustaría, es decir, ¿Qué clase de chicos, ambos hombres se llamaban mutuamente lindos apenas se conocían?

Julián estaba rojo como tomate por pensar tanto bajo la mirada intensa de Enzo. Se levantó del pasto casi cayéndose, torpemente, y se alejó poco a poco del más alto.

Algo contigo. ── Enzo x Julián. Where stories live. Discover now