Es raro llorar por algo que no conoces.
Era como llorar por alguien que no conociste, por algo que nunca viste, por algo que jamás probaste, por alguien que alguna vez fuiste pero ya no lo recuerdas. Solo queda escuchar como los demás te describen...
En la ambulancia asistencial, Clase Cque portaba además de los técnicos sanitarios, también viajaba un enfermero y un médico, transportaba al cenizo, intentaban no moverlo se veía mal, mas debían ver que tan grave era la situación, lo primero que hicieron fue detener el sangrado de las cortadas profundas que tenia el chico, su brazo estaba destrozado, varios de sus huevos estaban rotos, su piel se veía hasta cierto punto agradecían que el héroe Best Jeanist estuviera cerca de ese chico, seguramente ahora mismo no tendría un brazo sino fuera por el, olía mucho a nitroglicerina, el olor no era feo pero eso significaba es era altamente explosivo y muy sensible a cambios de temperatura y movimientos, además que hacia que tuvieran que ver como afectaba su cuerpo en caso que fuera su quirk. Esto se iba a poner difícil, se dirigían al hospital mas completo para ataques de quirk, anteriormente ya habían llegado al chico a ese establecimiento, los doctores que lo esperaban ya sabían de su identidad para seguido informar a los tutores legales del menor.
Los padres del cenizo llegaron en unos veinte minutos, el joven estaba en la sala de cirugía debido que tenia una gran variedad de heridas abiertas que tenían que ser tratadas con urgencia, tenia todas sus vacunas sobre todo la que prevenía el tétanos, lo cual hacia que no perdieran tiempo, al apenas llegar al lugar una sala de cirugía ya estaba desocupada, así que siguieron con el procedimiento. Los padres o tutor casi en todos los casos de menores son los que llegan preocupados a la resección, preguntando por el paciente. En la mayoría son impacientes debido a que solo le dicen que sufrió un ataque de un villano lo cual toman muy mal, pero hay casos donde son compresibles y esperaban lo mejor, por suerte ese era el caso, ellos sabían que su hijo era un aspirante a héroe por lo cual sabían que estaría en algunas situaciones así. Las primeras horas se la pasaron en la sala de espera Mitsuki era la mas paranoica dando vueltas en su lugar, se mordía el dedo pulgar con nerviosismo mirando la puerta o a su esposo cada momento, en cambio Masaru estaba sentado con los brazos apoyados en sus muslos, sus manos entrelazadas moviéndolas todo el rato, sus pies no se podían quedar quietos, tenia como un tic en la pierna la cual solo empeoraba con el pasar de los minutos.
Los cirujanos fueron saliendo después de mas de una hora, tres de los asistentes sacaron al joven con una camilla. Apenas lo vieron salir, se acercaron un poco, Masaru se levanto de golpe y Mitsuki camino en seguido con el cenizo, el primero en preguntar fue
Masaru: ¿Cómo esta mi hijo, Takahiro? *agarro la mano de su esposa mirando a una persona en especifico*
Takahiro: Todo bien, Señor y Señora Bakugou, su hijo pronto estará como nuevo, pero necesitamos que se quiten del camino, para dejarlo en una habitación *dicto firme pero sanando amigable, era amigo de los Bakugou, estudio con Masaru en la secundaria y pidió estar con el chico para brindar alivio a su amigo*
Masaru: Gracias, Amigo *abrazo a Mitsuki, quien le dedico una sonrisa*
Takahiro: No hay problema
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