Capítulo VII

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-Hola joven Jisung- saludó el mayor con una voz cordial, la que siempre usaba para referirse a sus alumnos.

-N-no esperaba encontrarlo- admitió el castaño -Yo le ayudo con las bolsas-

-¡No!- exclamó. El menor se asusto un poco por el grito inesperado que había dado. Luego, se aclaró la garganta -Yo puedo solo-

-¿Seguro? Son muchas bolsas, ¿Es la compra mensual?-

El mayor asistió con la cabeza.

-Con mas razón- dijo mientras bajaba una de las bolsas y se metía en la casa, sin dejarle al mayor detenerlo.

<Huele extraño...dios, ese perfume se me hace conocido> pensó el menor mientras dejaba las bolsas en la cocina.

-Joven Jisung- alertó el rubio entrando también a la casa -No puede meterse a mi casa de esa manera-

-Uy...lo lamento mucho profesor Hwang- se disculpó con una reverencia -Solo le quería ayudar-

-Pues deje las bolsas en el suelo y vayase de aquí, las puedo meter yo solo

-Entendido- respondió saliendo de la casa, sin antes analizar rápidamente el lugar, había algunas prendas en el sofá, pero no desordenadas, si no, como si se estuvieran mojadas y secando ahí.

Al pasar alado de esa zona reconoció al instante algunas de aquellas <Son de Minho>

El mayor, al ver que el pequeño Quokka seguía mirando esa ropa en especifico, le llamó la atención -¡Deje de ver mi ropa!- exclamó -Le voy a reportar este comportamiento a su jefe-

-¿S-su ropa?- murmuró -Lo lamento- gritó con otra reverencia y esta vez saliendo de la casa.

Al salir bajo las últimas bolsas y las dejó en el suelo de la entrada, luego, se subió al camión y soltó un suspiro.

Por alguna razón, su corazón iba a mil por hora. -Jisung, deja de pensar en esas cosas- se repetía -Probablemente compra el mismo perfume y la ropa en el mismo lugar que Lino, eso es todo-

Aún que intentaba creerlo, no podía, eran demasiadas considencias, hasta que miró en el otro lado de la acera gracias al espejo del vehiculo. -E-el au-auto de....Minho...- dijo viendolo en el espejo retrovisor.

-No es, no es- decía con los ojos cerrados, pero la intriga le gano y rápidamente se bajo del camión para ir a confirmarlo.

Cruzó la calle con cautela y miro adentro del auto. Abajo del espejo retrovisor había un colgante con las iniciales J y M.

Era el que él le había regalado para su 4° aniversario. Ahí fue cuando todo se le fue encima.

Volvió corriendo al camión y se fue rápidamente del lugar, para llegar a un estacionamiento cualquiera, solo para analizar las cosas.

-Okey, Minho estaba en la casa de tu profesor, aún que dijo que llegaría tarde al trabajo. Pero tranquilo Jisung, talvez solo fue por que es un amigo suyo o algo así...Agh, ¿¡PORQUE ESTABA SU ROPA!?- Gritó pegandole al volante, aún que rápidamente algunas lagrimas empezaron a caer por sus grandes mejillas.

-¿Minho...m-e...me eres infiel?- preguntó al aire con la voz rota.

Aún que no quería creerlo, todas las cosas tenían sentido. Sus miradas rápidas al celular mientras sonreía gracias a este, las veces en las que no iba a trabajar y le mentía. Todo cuadraba.

❝La Traición No Se Perdona❞ ➵MinsungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora