Capítulo 09

102 13 2
                                    

Bien, tenía que admitirlo.

La idea de jugar a los bolos con mis amigos después de tanto tiempo me emocionaba, muchísimo.

Tanta era mi emoción que me levanté a las seis de la mañana sin necesidad de alarma, únicamente para tener tiempo suficiente de comer algo y de escoger la ropa ideal para la ocasión.

Y al parecer no era el único emocionado porque a los pocos minutos de haberme levantado recibí una llamada de Jisung, que estaba a punto de enloquecer porque no lograba encontrar la camisa perfecta para combinarla con sus pantalones de la suerte. Porque sí, en cuanto a eso Jisung era muy supersticioso, ya que cada vez que no pudo llevar esos pantalones a alguna de nuestras idas al bowling perdió en todas las rondas, y si quería causarle una buena impresión a Minho debía jugar bien, o al menos a un nivel decente, según él.

—Yo digo que uses tu hoodie negro y la chaqueta azul que te regalaron tus tíos de Estados Unidos —dije en tono relajado mientras secaba mi cabello con una toalla.

Había decidido darme un baño apenas desperté para desaparecer por completo cualquier rastro de sueño que aún tuviese y ahora estaba buscando qué ropa usar mientras ayudaba a Sung por llamada a hacer lo mismo.

—¿De cuál chaqueta hablas? Sabes que tengo varias azules —enfatizó el tono de obviedad en su voz.

—Una de aspecto universitario, con un logo grande y blanco, creo que eran las letras N y Y, o algo así.

—Ah, ya. Te refieres a la de los New York Yankees, ¿verdad?

—Esa misma, siempre olvido el nombre de ese equipo.

—Que mis tíos ni te escuchen, ese es su equipo favorito, por eso me dieron esa chaqueta. —Su risa divertida hizo que me riera yo también—. Pero volviendo de nuevo a la ropa, es una combinación bastante buena. Gracias, Jin-ah. Ya estás aprendiendo de tu maestro.

Ambos soltamos una carcajada y entre más risas y conversaciones sin sentido terminamos de alistarnos y de desayunar; al final acordando vernos en la parada de autobuses que está cerca de mi casa para irnos juntos, puesto que su casa estaba un poco más lejos del bowling que la mía.

Me despedí de mis padres efusivamente, haciéndolos reír por mí gran entusiasmo, lo cuál era poco común al haberme despertado tan temprano, pero qué podía decir... Iba a ir al bowling, con mis mejores amigos, y nada me ponía de mejor humor que eso.

—Adiós, Jin-ah, que tengas un buen día —se despidió Yeji sentándose a tomar su desayuno en uno de los bancos de la cocina.

—Tú igual, YeYe —dije inconscientemente con una enorme sonrisa, y no fue hasta que salí de la casa y cerré la puerta principal que caí en cuenta de lo que había dicho.

Mierda... ¿En serio la llamé así después de tanto tiempo?

Pensé que se me iba a revolver el estómago o que me pondría de mal humor, pero al contrario, de algún modo, el haberla llamado así después de todo este tiempo se sintió... Liberador. Como si dejara caer de mis hombros parte del peso que había estado cargando por tanto tiempo.

Supongo que se siente mejor de lo que pensaba.

Luego de caminar un par de minutos divisé a Jisung ya en la parada, esperando. Al llegar junto a él lo saludé emocionado y al subir al autobús le conté durante el recorrido lo que había ocurrido con Yeji hacía unos minutos.

Tal como lo esperaba, Jisung no podía estar más feliz por eso, y no paraba de recordarme lo orgulloso que estaba de mí por cada vez avanzar un poco más en mi reconciliación con Yeji, y abrazándome con fuerza cada cinco segundos, causando que me sonrojara cuando un señor nos miró extrañado y una señora, que parecía ser su esposa, nos miró con ternura.

ɪ ᴋɪꜱꜱᴇᴅ ᴀ ʙᴏʏ [ʜʏᴜɴɪɴ]Where stories live. Discover now