Paciente Mariposa

Helado derramado

Hay papapa pero probablemente vayan a llorar 

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Las manos de Xie Lian son tan suaves como la crema. Es un mediodía hermoso de un día de semana cualquiera. El sol golpea gentilmente los edificios de la ciudad, generando destellos y sombras por el pavimento. Por un instante Hua Cheng levanto la vista y miro al cielo y se preguntó, ¿si realmente todo esto era real y no producto de su imaginación desbordada?

Pero, aun así, aun si todo esto fuera falso y finalmente hubiese perdido la razón, aun así, la vida misma que estaba viviendo ahora fuera una alucinación o un sueño febril, él no quisiera que terminara nunca.

"Es pequeña"

Pensó dentro de él.

"Nunca he tomado una mano tan pequeña"

Mira hacia abajo y su corazón se agita, desmesuradamente. El calor y el sudor hace que se sienta terriblemente incomodo. Tenso y nervioso. Hay un rubor en sus mejillas que no puede ocultar, un rojo que se hace cada vez más insoportable conforme Xie Lian le va dando miraditas y sonrisitas.

"Nunca he tenido novio. Nunca he tenido una cita. ¿Qué se hace en estas situaciones?" -Gege ah... ¿Quieres comer algo?

Se pregunta si a Xie Lian no le molesta que su mano sude un poco. Realmente hace mucho calor. Una diatriba de pensamientos lo acosan. Soltar o no soltar. Apretar más duro. Separar el agarre, secar su mano con su pantalón y tomarla de nuevo. Dejar su mano y tomarle del hombro. Besarlo. Comerle la boca. Rogarle que le deje meter tan solo la puntita. Decirle que lo ama. Cogerlo. Darle de comer. Hacerle reír. Chupársela de nuevo. Decirle de nuevo que lo ama. Que lo ama mucho. Que lo ama y que sueña con él todas las noches.

-Si, ¿Qué te gustaría comer? ¿Cuál es tu comida favorita?

Le pregunta, y en ese sin fin de pensamientos Hua Cheng no consigue una respuesta básica a una pregunta super básica.

-Todo me parece bien. Nunca fui de comer mucho.

Xie Lian lo mira. La manito húmeda contra su gran mano – Entonces, ¿te parece bien comer algo pesado o ligero? ¿Tienes mucha hambre?

-No, la verdad no. Cualquier cosa esta bien.

"¡Vamos di algo mejor! ¡Deja de responder con evasivas!"

¿Qué cosa podría decir que impresione a Xie Lian? ¿Debería decir que es de paladar refinado y le encanta el sushi casero o cortes de carne que cuesten cientos de dólares? ¿O que es un balurdo que es feliz con papas y hamburguesas? ¿Qué respuesta enamoraría más a Xie Lian?... En serio, ¿Debería soltar su mano? ¿Si lo besa ahora, en medio de la calle, no será incomodo?

-... Entonces elegiré yo. Quiero un helado, sé que es temprano para algo dulce, pero hace tanto calor que podría comer un kilo entero.

Asiente –Genial. Helado. Me encanta el helado.

Van a una heladería, pero esta vez, es Xie Lian quien le toma con más firmeza de la mano y lo lleva hasta un lugar. -Conozco un buen sitio.

"Es tan lindo"

Piensa Hua Cheng. "Y yo tan imbécil"

Le mira el trasero, Xie Lian está caminando unos pasos por delante, tirándole de la mano. Hua Cheng tan cerca, puede olerle el perfume de su cuello. Puede verle la forma en como las nalgas se le menean al caminar.

Una puntada de deseo lo recorre hasta ponerle los músculos tensos. El corazón sigue palpitándole, emocionado. "Por favor... Por favor, solo piensa en cosas geniales para decirle. Por favor, Dios, si existe. Si existes de verdad... Yo te perdonare todo. Rezare todos los días, ire a misa, hare todo lo que tenga que hacer. Comeré hostias, me confesare, ayudare a los pobres. Pero por favor déjame meterle, aunque sea la puntita hoy".