6

289 34 2
                                    

La chica de ojos azules se había despertado de mal humor esa mañana, no tenía ganas de salir de la cama, su cuerpo estaba todavía débil de correr en su forma de lobo. A decir verdad estuvo prácticamente toda la noche corriendo, pensó que eso la ayudaría a destensarse, pero lo único que consiguió fue estar más cansada física y mentalmente.

Todavía estaba desnuda, su cuerpo era tapado por una manta suave de color negro. Las velas que encendía cada noche cuando se iba a dormir seguían encendidas, su habitación olía a lavanda y vainilla.

Después de varios minutos se levanto en dirección al baño, se metió en la ducha, sus ojos seguían cerrados. Encendió el agua fría y dejo que su cuerpo sucio de barro se limpiará levemente con el agua para luego coger el jabón y lavarse más a fondo.

Su pelo húmedo se pegaba en su bien formada espalda, y le caían dos mechones por la frente, pegándose hasta las mejillas. Secó su cuerpo y dejo el pelo al aire libre, siempre hacía la misma rutina.

Se vistió con unos pantalones negros ajustados, una camiseta roja de manga larga y su chaqueta de cuero. Maquillo un poco sus ojos poniéndose sombras, y cuando vio que estaba lista se puso los zapatos y se fue de casa para ir a desayunar.

Desayunar para Hope era alimentarse de alguien hasta dejarlo seco. No era una humana normal, ella es una trihibrida y se alimenta de sangre, eso es lo que siempre se repite una y otra vez cada vez que alguien le suplica para que no los desgarre con los colmillos.

Siempre es lo mismo, ella sale para divertirse con la gente, pero siempre vuelve aburrida, la gente tiene demasiado miedo a morir.

Cuando estuvo cerca de una cafetería entró, pidió un café y esperó hasta que vio a un joven entrando al lugar, pedir un café para llevar y salir del bar justo después. Hope le siguió.

-Hola- dijo el chico cuando noto la presencia de la cobriza.

-No te muevas, no grites, estate quieto- Uso su poder contra él.

-¿Qué me vas a hacer?- Estaba asustado, y eso aburria a Hope. La aburría mucho, demasiado.

-Voy a matarte- Respondió tranquila.

-Estas loc...- Desgarro su cuello antes de que pudiera terminar de hablar. La sangre del chico brotaba por su cuello hasta empapar su propia camisa blanca.

Hope se relamió los labios y dejo que las venas resaltaran debajo de sus ojos color cielo. Hundió sus colmillos hasta quedar satisfecha, pero para ella, quedarse satisfecha era matando a la presa.

-Mucho gusto haberte conocido, siento que hayas durado tan poco hablando conmigo- Dejó el cuerpo tirado en las afueras de la cafetería y se fue.

Su paso era lento pero efectivo. No se detenía ante ningún ruido, solo continuaba andando. Dejaba a sus pies coger el rumbo que quisieran, y ella podía intuir dónde iba a acabar llegando, pero no se freno, siguió y siguió hasta llegar.

La Escuela Salvatore.

Buscaba el olor de Josie desde que salió de su apartamento, las ganas de ver a la morena la estaban matando, icónico sabiendo que es inmortal, pero ella se sentía así, un vacío llenaba su corazón y su pecho. Toda ella era consumida por la soledad.

No aguantó más y trepo por la valla que rodeaba la escuela con intención de entrar por la ventana del cuarto de Josie. Y eso hizo. Trepo hasta que estuvo en la habitación correcta.

La vio dese fuera y sonrío inconscientemente. No le gusto, así que rápido la borró de su cara. Sus cejas se unieron frunciendo el ceño, no entendió porque había sonreído al verla medio segundo, porque así es, Hope Mikaelson se escondió para que la morena no la viera.

Oscuridad (Hosie)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora