I. Helaena

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Helaena había sido convocada a los aposentos de su padre cosa que muy rara vez ocurría ya que, desde que su media hermana mayor decidió quedarse junto con su tío Daemon en la Forataleza roja para vivir allí luego de que Aegon "el joven" nació, ella junto a sus hermanos -Daeron había vuelto a Antigua- habían quedado en segundo plano y realmente no lo culpaba debido a que conocía todo respecto al matrimonio de sus padres y como este fue por deber y no por amor como lo había sido con la Reina Aemma y, obviamente, los hijos nacidos del deber valían mucho menos que los nacidos por el amor. Aún así, de todos sus hermanos, Viserys le mostraba más atención a Helaena ya sea desde joyas o vestidos que eram del color de su casa y Alicent le prohibia usar a menos de aue sean verdes hasta insectos extraños.

Y eso ella lo atesoraba cada segundo porque se había dado cuenta que su padre la tenía presente en su corazón, no tanto como Rhaenrya pero ahí estaba ella.

Aun así, no pudo evitar sentir miedo respecto al llamado y se podía dar una idea de que podría pasar, hace un año y medio se había casado con Aegon y ya casi estaba cerca su décimo quinto onomástico y no le había dado ni un solo hijo o hija. Su madre le había dado aquel discurso sobre que debía tener un niño de Aegon lo antes posible para poseer un heredero y, en especial, un hombre. Para suerte de la joven Targaryen, La Madre se habia apiadado y no habia quedado en cinta. Lo que Alicent no sabía es que Helaena no se dejaba ser tocada por Aegon ya que le tenía mucho miedo a la hora de encamarse y mucho más cuando el estaba ebrio. Aegon solía ser muy rudo con su hermana. Como sea, a penas llego a la puerta de los aposentos de su padre, tocó suavente y pudo escuchar un suave "pase" que provenía de su padre.

Y ahí estaba, el joven Jacaerys Velaryon de diez y dos onomasticos al lado de su abuelo quien estaba sentado cerca de la maqueta de la Antigua Valyria. Helaena no lo iba a decir en voz alta pero le parecía muy guapo su sobrino.

-Mi querida hija–. Anunció Viserys.

-Padre–. E hizo una reverencia.

-Oh mi querida niña–. Un Viserys moribundo se acercó a su hija con ayuda de su nieto–. Tengo una noticia, y es para ambos.

Esta vez hasta Jacaerys quedó confundido.

-Como sabes hija, mi nieto se ha convertido en un caballero, aunque sea temporalmente hasta que tu hermana decida que es tiempo de casarse–. Helaena asintió–. Y tu, querido nieto, sabes que mi hija usualmente se encuentra muy sola y desprotegida cuando Alicent tiene algunos compromisos.

-Si, majestad, lo he notado–. Esta vez Jace miro a la princesa quien se sonrojo bastante y bajo la cabeza.

-Bueno, he sido iluminado por el Herrero para reparar los vínculos rotos y así que he tomado una decisión–. Anunció el Rey.

"Por favor, que anule el matrimonio con Aegon" Pensaba la princesa mientras esperaba con ansias aquel anuncio que iba a decir su padre.

-He decidido que mi nieto sea tu protector por tiempo indefinido mi dulce hija–. Cuando dijo eso, el Rey Viserys formó una gran sonrisa–. Al igual que Sir Harwin Strong, que en paz descanse, lo fue con mi hija y al igual que Sir Crinton lo es para mi esposa.

Helaena quedo shockeada, eso no lo esperaba. Sabía que su sobrino era un hombre honorable pero dudaba en lo que se había convertido ya que ella aún recuerda todas las tardes en la que Aemond, Aegon y sus sobrinos se ponian de acuerdo, lograban una travesura muchas veces no muy agradable, pero hay un recuerdo que la princesa atesora.

-Como desees su majestad–. Respondió el joven de diez y dos onomásticos–. Sólo si la princesa Helaena está de acuerdo, prestaremos mis servicios.

Pareció dudarlo, Helaena sabía las relaciones de lo capa blanca con sus respectivas protegidas, aún así deseaba algo de paz.

-Con mucho gusto mi príncipe, si es que así su majestad lo ordena.

Un vez dicho y hecho Viserys sonrió como nunca y les deseo la mejor suerte de todos a sus presiados familiares. Una vez salieron de los aposentos, Helaena se dio vuelta para mirar a Jacerys directo a los ojos para comenzar a hablar.

-Mi príncipe, deseo que nuestra relación mejore los lazos de nuestra familia–. Dijo gentilmente la soñadora.

-Yo también lo deseo princesa–. El jóven sonrió.

-Mañana puede comenzar con su labor, solo deseo una cosa–. Jace la miro confundida mientras Helaena bajaba la voz para no ser escuchada debido a que sus palabras pueden llegar a ser malinterpretadas–. Deseo que pase las noches conmigo, incluso cuando Aegon se va luego de cumplir su labor como esposo, suelen ser bastantes tristes, no se lo malpiense, es simplemente para no estar sola.

-Como desee su majestad–. Ambos se prepararon para volver por donde habían ido.

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8 años antes

Aegon había destrozado toda su colección de insectos por segunda vez y su madre intentaba justificar aquel daño, aún así Helaena de siete lunas no paraba de llorar teniendo entre sus pequeñas manos a los ya cadáveres de su gusano favorito y una mariposa de Alto Jardín. Aegon es muy cruel. Solo hasta que escucho pasos no dejo de llorar.

-Princesa–. Helaena levanto su cabecita mientras miraba como un Jace de cinco lunas mostraba en sus manos a un gusano–. Vi lo que hizo Aegon y no pude detenerlo porque es mucho más fuerte que yo, pero, espero que esto te ponga más feliz tía.

Una vez deposito el gusano en el suelo, salió corriendo. Sabía que su madre le prohibia haber con los hijos de su media hermana pero siempre agradeció aquel gesto de Jacaerys Velaryon.

De Negro Y Verde || Jacaerys x Helaena (En edición)Where stories live. Discover now