Parte única.

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En el orfanato si hay internet banda.

Decir que shimazaki estaba muerto por dentro era la palabra correcta para describir su incomodidad ante la miradas asesinas de los dos hombres frente a el

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Decir que shimazaki estaba muerto por dentro era la palabra correcta para describir su incomodidad ante la miradas asesinas de los dos hombres frente a el.

Era obvio que shigeo y Reigen querían privacidad, muy probablemente para discutir algún tema fuerte que logro enfurecer al menor de los dos, aunque era Reigen quién más demostraba apuro por estar a solas con sus movimientos de pierna y leve mordida en su labio inferior ya hinchado.

Causando picazón involuntaria en el cuello del contrario que solo rezaba por qué el vídeo de un suceso que le estaba mostrando al rubio terminará rápido, preguntándose por qué no se fue cuando ni bien abrió la puerta, si desde ya en el ambiente se sentía cierta tensión entre ambos.

Ah, cierto.

El mismo se metió en esa situación por su pensamiento tonto de "es de mala educación dejar una chisme a medias" dejándolo en una posición de rezo en su mente para poder largarse de ahí lo más rápido posible y así evitar ver en primera fila el estallido de shigeo, un muchacho muy difícil de enojar, y que por lo mismo daba miedo cuando un rastro de furia se marcaba en su cara.

Suplicando por la garganta de Reigen antes los gritos que se darían, ignorante en todo momento de la mano traviesa que paseaba sus dedos por encima de la tela gris, dando masajes circulares que acompañaba con apretones y pellizcos suaves que intentaban lograr un sobresalto en el mayor.

Adentrando por momentos la mano dentro del pantalón holgado, tocando con delicadeza la tercia piel contraría que quería temblar frenéticamente por las yemas frias de sus largos dedos.

Frustrando sus instintos de ir más haya, todo por culpa del invitado repentino que quería sacar a patadas del lugar para evitar que escuchará la voz de su amante soltar jadeos que solo el conocía en su intimidad.

Afilando como depredador sus pupilas en el momento que el video daba sus agradecimientos, sonriendo con ternura fingida al presenciar como shimazaki guardaba con rapidez y torpeza la computadora en sus mochila, despidiéndose de forma abreviada y sin tanta formalidad.

Viendo como su sensei se paraba apresurado de su asiento para colocar candado en la puerta de su modesta oficina. Arrancando un suspiro de alivio al rubio que volteó hacía su discípulo que se había cambiado a la silla del recién desaparecido, palmeando una de sus piernas con una sonrisa en sus labios contrastante con la lujuria de sus ojos. Estremeciendo al blondo que tenía una cara acusadora pero una obvia actitud de obediencia.

Sentándose sin mucho reproche en la piernas del menor, arqueando un poco su espalda para poder rodear con sus brazos el delgado cuello del más jóven, que también rodeaba con sus brazos la cadera contraría.

Produciendo un jadeó entré cortado al blondo en el momento que sus manos viajaron por debajo de su sacó hasta llegar a través del la camiseta a la piel blanca de su amante.

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