Sunghoon es un Alfa normal que estudia la preparatoria, y como cualquier otro chico estába apunto de reprobar una materia, pero ojo, estaba, hasta que llegó su Nuevo profesor, el cual era un Omega...
Heeseung solo tenía que tomar el ex trabajo de su...
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Jungwon no se permitió temblar después de soltar un sollozó, no le daría el gusto de verse inmune ante ella otra vez, si venía a matarlo entonces Nishimura Won lo haría con la cabeza en alto y se sentiría orgulloso de permanecer con la cabeza en alto contra su madre hasta su muerte, diferente al chico que temblaba al solo verla o pensar en su nombre durante meses antes de convertirse en lo que ahora quería olvidar.
Le miro fijamente a los ojos, sin desviar su mirada conciente de que sus orbes celeste dañaban a Hooyeon de una manera bastante fuerte, algo que no cualquiera podría hacer más que Jungwon y su padre, el señor EunWoo.
-Eres una maldita perra mal agradecida -mascullo Hooyeon, sin dejar de verlo, jalando con aún más fuerza sus cabellos- ¿Sabes cuánto me costó encontrarte amado hijo?...
El Omega le dedico una sonrisa mostrando sus blancos dientes, como si no sintiera un dolor punzante en su cabeza por el anterior golpe o su brazo se estuviera desangrando, como si su madre, la persona que tenía frente no tuviera un arma en manos que sin duda usaría para matarlo.
-Pudrete maldita asesina... -musito entre risas, si, era un cobarde sin embargo uno muy astuto- Soy yo a quien quieres, deja ir a Sunoo y te prometo atender los problemas pendientes a tu manera.
Hooyeon le sonrió de vuelva. Claramente furiosa al ver qué sus insultos no le afectaron en nada.
-No, que clase de suegra sería, o más bien que clase de hijo eres tú qué no presentas a tu madre a su nuevo yerno, aún me siento ofendida al no recibir la invitación a la boda.
El menor nego con la cabeza.
-No estabas invitada, fue un evento familiar y privado, y tú no eres mi madre, eres una loca asesina.
La mirada de la mayor cambio de un segundo a otro, haciendo una mueca de molestia antes de sujetar sus cabellos con fuerza, azotando su cabeza contra la pared bruscamente. Jungwon gimoteo del dolor, sintiéndose aún más mareado que antes, apunto de caer inconciente.
No se lo permitió, respirando pesadamente mientras observaba con la mirada borrosa la pared, la mancha carmesí en ella y sentía algo pegajoso caer por su cuello, escurriendo por lo largo de su espina dorsal. Su cabeza punzo con más fuerza, cerrando los ojos para no darle gusto a su madre.
-¿No te dolió? -pregunto Hooyeon, agachándose para mirar su rostro cabizbajo- Por tu bien te recomiendo contestar Jungwon.
El omega le escupió a los pies.
Hooyeon explotó de la ira.
No le importó las consecuencias, sus principios o todo plan que había tenido en un inicio, sujeto sus cabellos una vez más y le azoto contra la pared tan fuerte que Jungwon termino por caer rendido, inmóvil , adolorido, sin poder ser capaz de respirar mientras sentía la sangre machar su mejilla, sus cabellos azules y el mundo borroso. Hooyeon se levantó, tomando su arma para disparar a su pie, el Omega saltó del dolor, permitiendose gritar, el dolor insoportable en su cabeza y el mareo.
