XII

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Capítulo 12

Extensión: 6.700 palabras

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Scaramouche abrió los ojos completamente alterado. El corazón le latía a mil por hora y su entrepierna dolía y se encontraba ligeramente mojada. Miró a su alrededor. Estaba solo. Había sido tan vívido que podría haber sucedido de verdad. La línea entre el sueño y la realidad era demasiado fina.

Aún sentía las manos de ambos sobre su cuerpo, los besos, las respiraciones. "Mierda", pensó antes de girarse para abrir el cajón de su mesilla donde guardaba su vibrador. Se sentía sucio, pero necesitaba desfogarse pues la excitación lo mantenía extasiado. Dormía en camiseta y ropa interior así que solo tuvo que bajarse los bóxer tras haberse desarropado a causa del intenso calor que sentía. No podía más. Se echó lubricante en los dedos, uno que guardaba junto a los juguetes, y los introdujo en su interior. Se preparó con ambos dedos hasta que supo que podía hacerlo, cosa que no tardó demasiado, entonces sustituyó sus dedos por aquel juguete con forma de pene de color morado.

—A-ah...— con la mano libre tapó su propia boca mientras que la diestra empujaba y sacaba el dildo de su interior. Se encontraba tumbado boca arriba con las piernas flexionadas y ligeramente abiertas. Entraba más fácil de otra postura, pero esa era la más cómoda.

Probablemente estaba tan ido a causa de la excitación que no se había percatado de la hora que era, ni tampoco de que no había sido muy silencioso al sacar las cosas del cajón. La manilla de la puerta se movió y la cerradura se abrió con un pequeño chasquido justo antes de que Xiao entrara en la habitación.

—¿Ya estás despiert-

No pudo terminar la frase, pues la imagen que se encontró le hizo palidecer justo antes de que sus mejillas ardieran por el calor. Sin duda debió haber llamado, pero no imaginaba que iba a encontrar a Scara en esa situación.

—¡Xiao!— las mejillas del chico de pelo morado se sonrojaron y buscó la manta para taparse soltando el juguete. Sin embargo, aquello seguía vibrando y algunos jadeos escaparon de entre sus labios. —¿Q-qué... p-por qué...?

El sueño vino a su mente y su mirada viajó por el cuerpo de Xiao como si fuera capaz de devorarlo en cualquier momento. No podía calmarse, menos cuando estaba siendo estimulado de esa forma.

Xiao tragó saliva, su cerebro le mandaba señales a sus piernas para que se movieran pero éstas no parecían obedecer. Se golpeó mentalmente y, cuando por fin pudo reaccionar, apartó bruscamente la mirada con las mejillas sonrojadas.

—L-lo siento, yo... escuché un ruido y venía a buscarte para desayunar. Ya me voy— respondió totalmente avergonzado y se giró sobre sus pies para salir de allí apresuradamente.

Al ver cómo se giraba su boca pareció actuar más rápido que su cerebro y habló quizá más alto de lo que debería.

—¡No...—"no te vayas", trató de decir, pero se frenó antes de acabar la frase a causa de un gemido. Al mecerse ligeramente hacia delante el juguete había rozado su punto dulce.

Un escalofrío recorrió el cuerpo de Xiao y apretó con fuerza la manilla de la puerta. ¿Quería quedarse? Sin duda, deseaba ser él mismo quien le ayudara a terminar el "trabajo" puesto que su propio cuerpo ya estaba alterado. Sin embargo, su parte más racional le decía que no podía ser.

—Dijimos que no podría volver a repetirse, Scara— dijo con la voz más firme que pudo. Le estaba costando no girarse de nuevo e ir hacia él. —Siento haber entrado sin llamar.

Love in a beat (Kazuscara) FINALIZADAWhere stories live. Discover now