Capítulo 16

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Jane...

El dormitorio que Zequi me asignó era el doble de grande que el que tenía. Es elegante y hermoso. El baño también lo era. Tiene una ducha con mamparas de video traslúcido y una elegante bañera de material de porcelana color beige.

Jamás había visto una en mi vida y no voy a negar que tuve mucha tentación en darme un baño. Sin embargo no me atreví.

Nada de lo que esta aquí es mío y no quiero que piense que soy una abusadora. Tampoco me atreví a prender la televisión, nada, simplemente desempaque mi maleta la coloqué en el armario que por cierto, era más grande que mi habitación y me dediqué a dormir.

El wi-fi tampoco lo pedí. Así que no me comuniqué con stef, solo me dediqué a escribir otro capítulo en mi diario y observar mi muñeco Funko de mi lindo Charles Letcrer.

Salí de la habitación con el uniforme puesto del trabajo cuando coincidí con él en el pasillo. Pegué un brinquito de susto  y me llevé una mano al pecho. Zequi me dedicó una sonrisa divertida y me saludó haciendo un ademán con la mano.

—Buenos días, Juliet — suspiró quitándose los auriculares. Zequi tenía ropa de deporte de pantalón corto y camisa de color negro. Lucia cansado, Le costaba respirar.  Tenía las mejillas rojas, la piel sudada y la tela pegada a su espalda.

—Buen día para ti, Zequi.

—¿Ya te vas?

—Si —cerré la puerta detrás de mi, los dos quedamos cerca uno de el otro.

Zequi no se quitó para tener su espacio. De hecho solo se movió para quedar frente a frente.

—Supongo que no has desayunado.

—Eh...no, todavía — contesté apenada.

—¿Por qué?

—En el trabajo desayuno.

—Te dió pena — adivinó, no pude negarlo —. A la niña no le da pena tener un juguete sexual en el baño pero no es capaz hacerse un pan en mi cocina.

—¡Ya te dije que eso no era mío! — exclamé colorada viendo cómo se reía malicioso.

—¿Y como explicas su llegada hasta allí? — encarcó una ceja.

—Quizas stef lo colocó allí, no lo sé, pero ya te dije que esa cosa fea no me pertenece.

—¿Y como sé yo que no es tuyo? — dijo con una mirada acusadora.

—¿Crees que soy de ese tipo de chica? — entre cerró los ojos mientras tamborileaba los dedos en su mentón y luego me detalló de arriba abajo.

—No — contestó después de clavar sus ojos en mi —. Eres muy distinta al resto y lo odio, porque siento que soy una mala influencia a tu lado.

—He bebido.

—Eso no cuenta.

—Anoche dije groserías.

—¿Cuál? — levantó una ceja — . ¿mamaguevo?

Arrugué la cara horrorizada.

—Por favor no la repitas más — pido, sonrió campante —. Es tan ordinaria y tan...

—Grosera.

—¡Si! — carcajeó —. No la repitas más.

—Es divertida — desaprobé con la mirada —. Por cierto tenemos que hacer lo de la otra vez. Quiero ver la reacción de todos. Tienes que enseñarme más.

—No.

—Aburrida — se disgustó.

—Zequi.

—No me hables más y espérame en la sala, nos vamos juntos.

Antes de irte| Completa. Where stories live. Discover now