Capítulo Único

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Marinette, una joven universitaria de 23 años que constantemente soñaba cosas un tanto particulares.

Pero todos los sueños tenían que ver con él...

3:00 A.M

La azabache dormía plácidamente, cuando aquel místico ser aparecía en su subconsciente otra vez.

En esta ocasión el escenario era un bello bosque, un día soleado y ella en un hermoso vestido rosado de tul.

—¿Otra vez? —se preguntó frustrada.
—Así es, mi princesa. —Respondió aquella figura imponente de traje color negro y ojos verdes neón.

—Deja de llamarme así, no soy ninguna princesa.
—¡Miauch! Me dueles, chérie. —Dramatizó tocando su pecho del lado izquierdo, como si le acabasen de clavar una daga.

Marinette rodó los ojos. A veces le sacaba de quicio, no entendía porqué siempre aparecía en sus sueños, y sobre todo, porqué la trataba como una princesa, como si la conociera.

Debía admitir que al inicio aquellos sueños con el misterioso ser (quien decidió nombrarlo Chat Noir) le aterraban. Temía ser asechada por un demonio, incluso fue incontables veces a la iglesia, pero nada de eso funcionó.

A las dos semanas la azabache se resignó con tratar de deshacerse de él. Quizás si no le prestaba atención se terminaría yendo de su vida.

Grave error, por supuesto.

Cuando no le prestaba atención, el rubio se ponía aun más terco e insistente.

Así que Marinette tenía dos opciones: o le prestaba atención; o tenía que soportar sus constantes maullidos (sí, por eso Chat Noir), y parloteos.

Las semanas pasaron, cuatro meses llevaba la oji-azul con esos sueños, sin embargo, para ella ya era normal y Chat Noir de algún modo u otro se había convertido en su amigo, en su compañía nocturna.

Sentía que después de cada sueño se levantaba con un excelente humor, y todo en su día salía extrañamente bien.

Un día Marinette decidió preguntarle algo que no sé atrevió en un inicio.

—Chat Noir...
—¿Sí, princesa?
—¿Por qué estás aquí?

Chat Noir sintió que el tiempo se congeló, que el viento de aquel bosque en el que se encontraban se detuvo y todo pasó lentamente.

Se encontraban recostados en el tronco de un árbol, él se levantó abruptamente y miró al horizonte por un momento.

—¿Por qué la pregunta?
—En estos meses no me atreví a preguntar, pero pensando en todo lo que ha pasado elijo creer que apareces en mis sueños por un motivo en especial. —Suspiró— Sabes, no es como que la gente suela tener esta clase de sueños si no es por algo, una advertencia, un peligro, o cosas del más allá.

—¿Crees que soy un demonio? —El rubio la volteó a ver desconcertado. Ella sólo rio escandalosamente.

—Mentiría si te dijera que al inicio no lo creí, pero después comencé a pensar que es por algo más, y es hoy cuando decido preguntar porqué.

—Aún no te das cuenta, ¿cierto? Creí que... Lo recordarías al menos un poco.
—¿Por qué, Chat? —Si antes estaba confundida ahora lo estaba más.

—Dame tu mano. —La oji-azul la extendió y de repente ahora no se encontraba en el bosque, estaba en lo alto del balcón de un palacio.

—¿Qué es esto..? —Él simplemente le hizo una seña para que se diera la vuelta.

Once Upon A Dream | MLB OSWhere stories live. Discover now