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A la mañana siguiente Minho caminaba por los pasillos del reino, no había hecho mucho tras la ceremonia, se había encerrado en su habitación y comió solo lo que Changbin le llevó aunque no tenía ganas en realidad, se encontraba tan cansado de forma emocional que solo deseaba dormir. Al menos hasta el amanecer cuando empezó a resentir el no haber comido bien, por lo que salió en busca de algo.

Debía darse prisa y regresar a su habitación a tiempo, la familia de Hyunjin se había quedado ese día y regresarán a su reino en la tarde, pero no quiere encontrarse con los reyes, está cansado de escuchar qué debe hacer aunque apenas han pasado pocos días, no se imagina lo agotado que debió ser para Minju vivir así toda su vida y de nuevo se siente mal, porque su hermana había estado en formación desde joven y él simplemente tomó todo eso, todo lo que le habían prometido, sin aviso ni intención, se lo arrebató. No sabía que tuvo que ir a otro reino mientras pasaba todo ese desastre y piensa en las razones por las cuáles no se lo comentó, ¿Estará molesta? Ella le dijo que no lo estaba, pero tampoco se despidió antes de partir por sabrán los dioses cuántos días, incluso semanas.

Llega a la cocina, sabe que en ese momento aún no habrá nadie así que se siente en libertad, pero la vela encendida a la altura del suelo lo pone alerta. Hace una mueca mientras avanza con el puño derecho de su mano firme en caso que deba soltar algún golpe, pero se sorprende cuando ve a alguien pequeño. A la altura del gran barril de dónde sacaban agua, apenas una cadera se asomaba mientras unos pies patalean, no entiende, pero atinó a decir el único nombre que le venía a la mente.

— ¿Príncipe Seungmin?

— ¿Quién es? —pregunta, inclinándose para poder acomodarse y una vez de pie, sonríe—. Príncipe Minho, hola.

— ¿Qué hace despierto a esta hora de la noche?

— Verá, suelo tomar mucha agua durante la noche, pero antes de dormir me dió pena pedir un vaso, ahora me arrepiento, porque quise bajar por uno, pero el agua está más profunda de lo que puedo alcanzar.

Minho sonríe, no sabe si es por la inocencia del niño o por lo respetuoso que es desde tan corta edad, aunque debe anticiparlo ya que desde que Felix se presentó como omega habían estado entrenando a Seungmin cómo heredero del reino Hwang. Toma el vaso de las manos del niño y se acerca hasta el barril, incluso para él es un poco difícil de alcanzar pero consigue tomar el agua y luego de entregarle el vaso al niño, cierra el barril con la tapa.
Seungmin agradece y toma un gran trago, Minho sonríe al escuchar el suspiro de satisfacción que suelta una vez saciada su sed.

— ¿Qué hace usted despierto, príncipe Minho?

— Venía por algo de comer.

— Es cierto, desistió de la cena, ¿Mi familia lo hace sentir incómodo?

Minho tuerce su boca, sonriendo incómodo pero intentando que no se note mucho, Seungmin podía ser muy observador. El niño toma asiento en una de las sillas del comedor de la cocina, dónde solían comer los que trabajaban en esa área, era un poco pequeño pero se sentía acogedor. Minho suspira mientras se acerca a buscar algo entre los cajones.

— No es tu familia, me siento abrumado por todos los giros que ha tomado mi vida, pero sé que puede ser un poco confuso para ti.

— ¿Es por el bebé qué tiene en la barriga? —pregunta, Minho no lo ve pero Seungmin tiene un brillo más notorio en sus ojos ante la idea.

— Uhm, sí, es por el bebé.

— Debe ser emocionante.

Minho consigue una bolsita con galletas que al olfatear, nota un suave aroma a canela, supone que es mejor que nada. Sabe que el paquete es de un hombre que trabaja ahí pero puede reponerlo luego. Toma asiento junto a Seungmin, que al ver las galletas lo mira expectante, Minho eleva una ceja, solo tiene cuatro, pero pregunta por cortesía.

NAZ ❀ HyunHoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora