Capítulo 42: Primero la amistad antes que el matrimonio.

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~Narración de Ilial~

El solo hecho de pensar que Ezra está cenando con mi padre me pone de muy mal humor. Necesito asegurarme de que esté bien y que ese anciano no le haya dicho nada fuera de lugar. Maldito viejo verde.
A pesar de que hice mis esfuerzos por entrar al salón, los guardias me detuvieron una y otra vez.

De mala gana me senté junto a la puerta del salón y como un perro faldero esperé pacientemente a que Ezra salga.

Para mi mala suerte tardó más de lo esperado pero ni bien lo vi salir sentí mi corazón emocionarse pero claro, eso no duró mucho al ver su expresión agotada.
Pegué un salto y me acerqué a él poniendo una mano detrás de su espalda mientras que con la otra tomaba una de sus manos intentando sujetarlo sin incomodarlo.

-Ezra, te ves realmente mal.. ¿Qué sucede?

Sin esperar mucha respuesta ya que se notaba tenso ante los guardias de mi padre, caminé hacia mi habitación ya que estaba más cerca. Una vez allí, lo ayudé a sentarse en la cama, el era pálido pero ahora lo estaba aún más.

-No era necesario que me traiga aquí su alteza... solo estoy agotado, llevo sintiendo mucho estrés ya que... prácticamente mi vida depende del resultado de este tratado.

Sus palabras sobre aquello me inundaron de preocupación ¿El emperador de Ixivia lo mataría por no cumplir con esto? No, el no lo haría, probablemente lo haría el otro posible sucesor.

-Ezra. Detente.

Noté el desconcierto en su expresión así que acaricié su cabeza.

-No permitiré que falles en esta misión. ¿Sabes? Hablé con la reina mientras te preparabas para esta cena y ella me hizo ver en lo que me estaba equivocando al imponer mi autoridad sobre ti.

Sentía que el calor subía a mis mejillas y mi corazón se aceleraba ¿Qué era éste sentimiento? Tuve que aclarar mi garganta ya que sentía que mis próximas palabras podrían salir más bajas de lo que debía.

-Su majestad me enseñó que antes de ser algo, primero deberíamos ser amigos... es algo confuso ya que nunca tuve que trabajar por algo en mi vida, aun así la emoción y curiosidad que siento al verte y pensarte... me hacen notar que es algo necesario y que vale la pena. Por ello primero me esforzaré por ser un buen amigo en el que puedas confiar y apoyarte ¿El duque acepta mi amigable propuesta?

Me incliné ante el y besé el dorso de su mano. Eso era algo que hacía únicamente al emperador ¿Tal vez por eso Ezra tenía un bonito color rosado en sus mejillas?

-Con mucho gusto lo acepto, su Alteza.

Lo vi sonreír y mi corazón se aceleró. Esta no era una sonrisa incomoda o una que hacía por modales, esta parecía ser una sonrisa genuina. Trabajaré duro para verla más seguido.
No pude evitar contagiarme y sonreír también.

-Se que estas cansado pero... hay un arrollo mágico pasando mi jardín. Si vamos allí y mojas un poco tu cabeza te sentirás mejor de inmediato, es sanador.
Aquí por más que sea de noche, el calor perdura pero esa agua siempre está en una temperatura agradable...

Me sentía nervioso por ser rechazado pero sentía un sentimiento incómodo en mi pecho al verlo tan débil.

-Como su alteza dijo, somos amigos así que confiaré en usted y dejaré que me lleve.

Oh... me sentía como un cachorro que acababa de conseguir un premio.

-En ese caso, andando.

No lo dudé y lo tomé en brazos ya que era una distancia realmente larga para la condición de Ezra. La familia imperial de Albania tenía poderes mágicos hasta en el olfato y lo que Ezta tenía claramente no era todo estrés.
Al principio luchó por querer bajarse pero se agotó y se rindió, dejando que lo lleve. Tenía una expresión calmada al ver las flores que me encargaba de cuidar, aún así su aura me mostraba que le gustaba lo que veía.

-Mí madre me decía, que este arollo tenía el poder de sanar desde una parálisis hasta hacer retroceder el tiempo para evitar la muerte, aún así nadie sabe como utilizar el poder del arrollo. Muchas leyendas dicen que este arrollo fue creado con las lágrimas de la diosa, quien estaba triste porque la especie que más amaba se estaba extinguiendo. Aún así, el arrollo logró salvarlos a todos. Por ello podemos ser lo que somos hoy en día.

Estaba mirando el camino que no me percaté de la atenta mirada del joven duque en mis brazos. Su mirada era imnotizante.

-Es una leyenda muy bonita. Y las leyendas siempre contienen algo de verdad. Así que confío en sus palabras.

-Me alegra que así sea ya que mi madre nunca me mintió.

Le sonreí y lo vi apartar la mirada con un ligero rubor.
¿Podría transportarme directamente al arrollo? Claro que si, pero esta era una forma de pasar más tiempo con el.
Estuvimos caminando por alrededor de 15 minutos cuando finalmente vimos el arrollo, el cual era iluminado de manera hermosa por la luz de la luna y hacía parecer que estaba lleno de gemas brillantes.
Lo bajé en la orilla y me senté a su lado. Me quité los zapatos y metí mis pies en el agua, sintiendo como esta se llevaba toda la pesadez y malestar de mi cuerpo.
Lo vi imitarme y sonreí al notar que su aura cambiaba denotando mejoría.

-¿Y? ¿Que tal está?

-Tienes razón, me siento incluso más ligero ahora que toco el agua.

-Lo mejor sería darse un baño aquí, pero se que aquello probablemente te incomodaría más de lo que debería, aún así esto te será de mucha ayuda

-Sí, sería realmente vergonzoso. Principalmente porque soy un invitado diplomático. No un familiar cercano o amigo de la infancia suyo.

-En ese caso, tendrás que venir más seguido para sentirte cómodo aquí.
¿O tal vez debería ir a visitarte yo?
Jamás conocí Ixivia y me da curiosidad la nieve. Aquí solo hay arenas... mucho sol y sequía.

-Me aseguraré de invitarlo ni bien vuelva a pisar Ixivia, así le doy un recorrido privado por la capital.

-Eso suena encantador.

¡Voy a hacerlos caer!Where stories live. Discover now