𝐂𝐀𝐏𝐈𝐓𝐔𝐋𝐎 𝟐𝟑

643 63 11
                                    

- De acuerdo, entonces estás interesada en que tipo de relación tuvieron Diluc y los Fatui en el pasado.- Yo asentí, en señal de que quería que profundizase más en el tema.- Verás, es algo complicado explicarlo todo omitiendo por supuesto ciertos detalles por tu seguridad, pero para que lo entiendas, me remontaré al día del decimo octavo cumpleaños de Diluc.

Yo lo miraba atentamente, escuchando cada palabra que mencionaba para poder comprender de que se trataba todo aquello.

- Cuando Diluc cumplió la mayoría de edad, fue el día en el que lo nombraron capitán de los caballeros, convirtiéndose así en la persona más joven en alcanzar el título jamás. Pero, la felicidad no duro mucho, Diluc no ha sido nunca un amante del alcohol, pero nuestro padre propuso organizar una pequeña reunión en El Obsequio del Ángel aquel día, recuerdo que Diluc incluso bebió un poco de vino, cosa que no le he visto hacer nunca después de aquello por cierto. Pero eso no es lo importante, ese día, cuando Diluc y padre volvían a casa, una serie de desafortunadas circunstancias acabaron arrebatándole la vida a nuestro padre y Diluc ha cargado con su muerte silenciosamente desde aquella noche lluviosa.- Escuchaba con mucha atención la historia que Kaeya me contaba, y no podía evitar sentir una profunda tristeza al escucharle decir que Diluc lleva aguantando esa carga emocional desde hace tantos años sin pedir ayuda.

- Te preguntarás qué tiene esto que ver con los Fatui. Bueno princesa, resulta que los Fatui le proporcionaron a nuestro padre un "engaño", es un artefacto que presta poder elemental a su usuario, los heraldos tienen cada uno el suyo. El caso es que este dispositivo tiene un tiempo limitado de uso, cosa que no mencionaron en ningún momento, exhausta la energía vital de quien lo porta a cambio de proporcionarle poder. Y eso... Más o menos resumidamente es donde surgió el odio de mi hermanastro hacia la organización. Después de aquello... Diluc no volvió a ser el mismo, he de decir que yo también tuve gran parte de la culpa, entiendo que sienta que no puede confiar ni en su sombra.- ¿Eh? ¿A que se referiría Kaeya con que el tuvo también parte de culpa?

- ¿Te importa si te pregunto por qué te culpas a ti mismo? Después de todo, tu no mataste a vuestro padre, ¿no es así?- Una profunda tristeza se reflejaba en sus ojos, claramente le hería demasiado hablar sobre el tema, valoraba mucho que estuviese haciendo un esfuerzo explicándomelo todo detenidamente.

- De verdad me encantaría contártelo, pero no debería contárselo a nadie, Diluc ya carga con bastante por mi culpa. No quiero que tú tengas que hacerlo también. Por cierto, si se entera de que te he contado todo esto probablemente se enfade conmigo, así que, si puedes hacerme un pequeño favor ¿podrías no decirle que fui yo quien te ha dicho todo esto, sino que lo investigaste por tu cuenta?- Yo asentí para después darle una palmadita amistosa en el hombro.

- Descuida, mis labios están sellados, te lo prometo.- Su mirada se suavizó, para después soltar un suspiro de alivio.

- Ahora, debería marcharme, creo que Jean no ha de estar muy contenta por mi desaparición.

- Descuida, le dije que quería hablar contigo, solo dile que lo siento por retenerte demasiado tiempo.

- Sería demasiado descortés de mi parte culparla señorita.

- Anda lárgate y deja de hacerme la pelota.- Él solo rio, saliendo por la puerta principal, dejándome sola en el edificio.

Ciertamente no me apetecía estar sola aquí, qué tal si Dottore o los Fatui volvían nuevamente y ahora nadie se da cuenta de que volvieron a por mí. Debería aprovechar que aún no ha anochecido para ir a hacerle una visita a Diluc, espero que se encuentre en el viñedo, no me apetece hacer todo ese camino en vano.

Sin nada más que pensar, me puse de nuevo los zapatos y cogí uno de los arcos que tenía Amber en la entrada, simplemente por quedarme más tranquila durante el camino. Salí de casa en dirección al viñedo, tal vez Diluc tenía algo de información sobre los recientes acontecimientos.

ººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººº

Cuando estaba por llegar al viñedo, una cabellera roja llamó mi atención, pero más me llamó la atención que no estaba vestido como de manera habitual. Diluc, quien portaba su arma a su lado, tenía el pelo recogido en una alta coleta que le favorecía mucho y una chaqueta roja con algunos detalles bastante interesantes. Curiosa puesto que no se había percatado de mi presencia me acerqué a el lentamente, puesto que parecía que iba también rumbo al viñedo.

- Vaya vaya, ¿modelito nuevo?- Dije, haciendo que se sobresaltase. Él solo me dio una mirada confundida antes de contestarme.

- ¿Qué estás haciendo tú sola aquí?

- ¿Eh? Venía a hablar contigo, pero veo que te he encontrado regresando a casa. Te queda bastante bien esa chaqueta.- El solo apartó la mirada, lo cual me confundió, tenía una energía distinta a la que le he visto emitir otras veces cuando se encuentra conmigo.- ¿Has tenido algún contratiempo? Pareces perdido en tus pensamientos.

- Realmente es difícil ocultarte cosas ¿eh? No me ha pasado nada, solo estoy un poco cansado.

- Bueno, ¿y qué tal con eso de recabar información por tu cuenta?- Dije, prestando atención a algunos cortes en la espalda de su chaqueta. El se percató y se aclaró la garganta captando mi mirada de nuevo.

- Nada de gran valor. Solo he vuelto al Gran Hotel Goth para solucionar un par de cosas.

- ¿Qué tipo de cosas solucionaste?

- Nada importante, simplemente recordarles a los Fatui el por qué no es de lo más oportuno meterse en mis asuntos.- Dijo evidentemente molesto.

- Diluc, en serio, ¿estás bien? No sueles estar tan molesto y- No me dejó terminar la frase.

- Claro que estoy molesto, no solo te hicieron daño delante de mis narices, sino que no pude hacer nada para evitar que pasaras por eso. Y por si te parece poco, no me hace ninguna gracia que detrás de todo esto esté Dottore, está demente y si se ha fijado en ti nada lo detendrá de sus objetivos.- Dijo, entonces las palabras que Kaeya había mencionado con anterioridad pasaron por mi mente. "Y desde entonces ha cargado él solo con esto", así que realmente prefiere atribuirse la culpa de todo lo que le pasa a la gente de su alrededor.

- No es tu culpa, no podías saber lo que iba a pasar. Y sin ti, probablemente hubiese muerto. Si no hubieses avisado a los caballeros, si Kaeya y tú no hubieseis aparecido, dios sabe dónde hubiese acabado yo.- Al ver que seguía teniendo ese atisbo de culpabilidad en el rostro, decidí continuar hablando.- No es tu culpa. No lo es y nunca lo ha sido. Deja de tratar de cargar con todo tú solo, no serás más fuerte por eso idiota.- Él simplemente me miró confundido, sabía que Kaeya me habría dicho algo o de lo contrario no podría actuar así en este contexto.


ººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººº


𝖧𝗈𝗅𝖺! 𝖢𝗈́𝗆𝗈 𝖾𝗌𝗍𝖺́𝗇? 𝖤𝗌𝗉𝖾𝗋𝗈 𝗊𝗎𝖾 𝗆𝗎𝗒 𝖻𝗂𝖾𝗇, 𝗅𝖾𝗌 𝖽𝖾𝗃𝗈 𝗈𝗍𝗋𝗈 𝖼𝖺𝗉𝗂́𝗍𝗎𝗅𝗈 𝖺𝗎𝗇𝗊𝗎𝖾 𝗆𝖾 𝖽𝖾𝗆𝗈𝗋𝖾́ 𝗅𝗂𝗍𝖾𝗋𝖺𝗅𝗆𝖾𝗇𝗍𝖾 𝗍𝗈𝖽𝖺 𝗅𝖺 𝗌𝖾𝗆𝖺𝗇𝖺 𝖾𝗇 𝖾𝗌𝖼𝗋𝗂𝖻𝗂𝗋𝗅𝗈 𝗉𝖾𝗋𝗈 𝗇𝗈 𝗆𝖾 𝗃𝗎𝗓𝗀𝗎𝖾𝗇, 𝗅𝗈𝗌 𝖾𝗑𝖺́𝗆𝖾𝗇𝖾𝗌 𝗏𝖺𝗇 𝖺 𝗍𝖾𝗋𝗆𝗂𝗇𝖺𝗋 𝖼𝗈𝗇𝗆𝗂𝗀𝗈 𝖺𝗇𝗍𝖾𝗌 𝖽𝖾 𝗊𝗎𝖾 𝗒𝗈 𝗍𝖾𝗋𝗆𝗂𝗇𝖾 𝖼𝗈𝗇 𝖾𝗅𝗅𝗈𝗌. 𝖤𝗇 𝖿𝗂𝗇, 𝖼𝗎𝗂́𝖽𝖾𝗇𝗌𝖾 𝗆𝗎𝖼𝗁𝗈 𝗆𝗂𝗌 𝗊𝗎𝖾𝗋𝗂𝗑𝗌 𝗅𝖾𝖼𝗍𝗈𝗋𝗑𝗌 <𝟥𝟥𝟥

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Feb 08, 2023 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

𝐅𝐋𝐀𝐌𝐄 - 𝐃𝐢𝐥𝐮𝐜 𝐑𝐚𝐠𝐧𝐯𝐢𝐧𝐝𝐫 𝐱 𝐫𝐞𝐚𝐝𝐞𝐫Donde viven las historias. Descúbrelo ahora