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Sentí mi garganta secarse con rapidez, estaba apunto de derrumbarme, Belos me estaba mirando fijamente, su mirada parecía incluso leer hasta los pensamientos más profundos que guardaba en alguna parte de mi cerebro. Simplemente me quedé callada, no dije nada, ¿qué se suponía que debía decirle?, ¿lo siento?, un "lo siento" no va a salvarme, no esta vez. Belos me sonrió sin apartar la mirada mientras se acercaba a mi oído, iba a apartarme por impulso pero él fue más rápido y me tomó por los hombros.
—¿Acaso te atreviste a mentirme? —Su voz era hostil pero parecía bastante calmado. Apreté mi mano en un puño fuertemente, tenía que permanecer en calma para poder pensar mejor, poder pensar en que hacer para salir de la habitación lo más rápido posible.
Negué con la cabeza con las únicas fuerzas que me quedaban —Déjeme explicarle, por favor
Belos soltó una carcajada que resonó en toda la habitación y me dió un escalofrío en todo el cuerpo.
—¿Qué es lo que vas a explicar?, no cumpliste una simple misión y te atreviste a mentirme —Parecía y sonaba decepcionado —¿Qué diría tu familia si supiera el descaro que has tenido al haberme mentido de tal forma?
—¡E-espere! —Grité sin darme cuenta —Lo lamento, no volveré a hacerlo —Me arrodillé frente a él mientras mis lágrimas iban saliendo lentamente, mojando mi rostro, estaba avergonzada, avergonzada de mí, de la forma en la que estoy ahora —¡Deme una nueva oportunidad! —Alcé la mirada para verlo —Esta vez no lo decepcionaré, lo prometo
—Mi pequeña _____ —Belos se acercó y acarició mi cabeza, me sentí algo asustada pero no podía siquiera moverme —¿Me prometes que lo harás mejor esta vez? —Sentí como colocó su mano en mi mejilla, la estaba acariciando, asentí mientras mis lágrimas seguían cayendo —Recuerda que como emperador quiero lo mejor para las islas, definitivamente no podría dar lo mejor si mis guardias me traicionan de esta forma —De pronto, sin previo aviso, un dolor agudo se hizo presente en mi mejilla, llevé una de mis manos al lugar adolorido y me di cuenta de la sangre que se estaba esparciendo por el suelo —¿Dónde está el coleccionista?
Mi voz parecía irse haciendo cada vez más apagada, hasta el punto donde parecía estar susurrando —Está esperando afuera —Dije como pude, Belos asintió
—Deja que pase —Ordenó
Me levanté como pude del suelo, caminé con dificultad y con miedo a desplomarme debido al temblor que había en todo mi cuerpo, caminé a la puerta y abrí, asomé mi cabeza y le hice señas al coleccionista para entrar, el niño corrió hacia mí, el pequeño estaba preocupado y asustado al ver mi mejilla sangrando, su ceño se frunció al ver a Belos enfrente suyo.
—Es un gusto volver a verte, coleccionista —El coleccionista pareció enfadarse más al escuchar las palabras antes dichas por el emperador
—¿Por qué le hiciste daño a _____? —El coleccionista se acercó a Belos sin miedo alguno, cosa que hizo que mi ansiedad aumentara. Corrí detrás de el coleccionista para que no hiciera algo por culpa de sus impulsos
