Capitulo 4

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Shinso

Mis padres me habían llamado con gran insistencia en la mañana, no sabía con exactitud el por qué, pero seguramente era por la boda, estabamos a dos días y yo aún seguía rezando por algo que la impidiera. No me veía capaz de estar en el altar, no aún. Era un desastre.

Llegó a mi antiguo hogar y noto todo callado, cosa que no es propia de mis padres.

Los encuentro a ambos en la sala, mi madre estaba llorando.

–Ya era hora que llegaras hijo, llevamos media hora esperándote–me dice mi padre y me siento frente a ellos.

–¿Que pasa?–pregunto a mi madre que tenía sus ojos irritados de tanto llorar.

–La señora Monoma murió está mañana.

No sabía que decir ante aquello, no me esperaba algo así, conocía solo de vista a la señora pero podía asegurar que era una mujer fuerte y sana.

–Ella siempre tuvo problemas en su corazón, su esposo e hijo sabían que algo así podía pasar tarde o temprano, por eso intentaban nunca alterarla...oh cariño, ¿y si los preparativos de la boda fueron mucho para ella?, Ella siempre estaba emocionada e íbamos de tienda en tienda como jovencitas en sus quince.

Mi madre llora más fuerte y mi padre le consuela.

-No fue así cariño, ella ya estaba enferma y mínimo pudo ser parte de algo que le hacía ilusión.

–Pero no pudo ver a su hijo casarse, por eso agendamos la boda tan rápido, para que ella pudiera verlo, para que ella fuera parte de un dia tan importante.

Tan solo me quedo callado, no sabía que hacer.

–Primero lo primero querida –mi madre hace caso y ambos me miran–se dijo que ustedes se casarían una vez que Monoma cumpliera 22 debido a la salud delicada de la señora, tu prometido sabía que su madre estaba enferma, más no que tan grave era, ya sabes, no quería preocuparlo, así que lo que a ti te interesa saber es que su compromiso no se puede romper, esto va más alla del deseo de una madre, es la vida de nuestra empresa la que corre el riesgo de no llevarse a cabo este matrimonio, por lo que la boda se va a posponer, en este caso se le dara el absoluto derecho al señor Monoma de escoger la próxima fecha.

Ante eso pienso que tal vez no fue buena idea de mi parte pedir con tanto fervor el no casarme en unos días, no puedo imaginar el dolor de perder una madre, por qué si bien no tenía la mejor relación con mis padres los amaba, y era capaz de hacer lo que sea por ellos... incluso casarme, por qué si bien no estaba de acuerdo con la boda estaba aquí, bien podía huir.

Pasaron los días y me quedé en el departamento junto a Kaminari, le comenté la cancelación de la ceremonia y el me dijo que regresaría a finales del mes a E.U, después de todo solo había venido de paso. El me insistió muchas veces en ir a ver a mi prometido, no fue el único, mis padres también lo hicieron, pero no me sentía capaz de aquello, era el momento más vulnerable de Monoma y temia decir o hacer algo incorrecto. Los funerales y las palabras de consuelo no eran mi fuerte.

Kaminari me llevo al tercer día a rastras y sin contemplación tocó el timbre de la casa y se fue corriendo dejándome enfrente de esta.

La ama de llaves abrió y se sorprendió al verme, no esperaba mi visita, me dejó pasar y me llevo a través de varios pasillos.

–El joven Monoma no ha salido de su recamara desde el funeral, han venido varios de sus amigos a visitarlo, sin embargo no hay mucho éxito, todos sabemos que su madre era la luz de sus ojos.

Ella me dejó frente a su cuarto después de tocar y anunciar mi llegada. No sabía que decir, ¿que se le dice a alguien ante una perdida?

Entro a aquel cuarto y lo veo, estaba sentado en un sillón al lado de la ventana, estaba envuelto en una frazada. Su cabello estaba despeinado, su rostro lucía pálido y su ojos carecían de brillo, se que escucho cuándo entre, pero no me mira, tan solo ve a un punto fijo fuera de la ventana.

Un corazón para dos Where stories live. Discover now