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          En algún lugar, una chica humana y un conejo miraban hacia una puerta en silencio. La chica de vez en cuando se detenía a ver las notificaciones de su celular con una risilla apenas contenida y el chico intentaba calmar sus nervios con los ojos fijos al frente.

          —¿Listo?—le preguntó ella cuando guardó su celular, suponiendo que estuvieron el tiempo suficiente para que el chico se preparara mentalmente.

          Usagi volteó a su dirección con una expresión casi angustiada.

          Oh por favor, pensó ella.

          —Estoy seguro de que Leo-kun es mucho más interesante, señorita escritora, que yo. ¿Segura de que quiere esto así?

          —¿De qué hablas?— le contestó confundida — Eres Miyamoto Usagi, ¡Tu nombre está en la portada! ¿Por qué no serías interesante?

          —¿Qué pasa si no soy encantador como Azumi-san o Leo-kun? ¿Qué pasa si a la gente le aburre que que esta parte sea mía? ¿Y si la gente solo quiere ver al protagonista principal? ¿Qué pasa si no les gustan mis poemas o mi forma de pensar? ¿Qué pasa si simplemente la gente no siente nada conmigo y, y— se apagó y miró abajo, inseguro —... no puedo ser un buen Usagi, como en otros libros?

        La chica suspiró, preguntándose en qué parte del perfil había puesto que el chico sería tan sobrepensador y por qué no podía hacer nada bien, y puso una mano en su hombro.

          —Por supuesto serás encantador, Usagi— comenzó— ¿No viste tu arco debut? ¡La gente te amo, a pesar de lo simp!

          —¿Simp?

          —Nada importante— despidió —. El punto es, obvio que tienes tu encanto, ¡Tu eres el alma artística de este libro, el de los poemas y haikus libres! Eres tan interesante como todos los principales en este libro, lo harás bien.

          Usagi la miró, aún no del todo convencido, pero al menos su leve temblor se había detenido, y eso debía contar como algún tipo de victoria.

          —Si en realidad no lo hago bien...

          —... Entonces eso lo decidirán ellos—completó la chica—. Pero ya te quieren. Solo tienes que seguir así.

          Ambos voltearon a la puerta de nuevo, está vez con ella ignorando el leve zumbido de  las notificaciones de su celular, y él tomó aire y levantó el mentón en señal de valor.

          —Puedo con esto.

          —Yep.

          —Lo haré bien.

          —Muy bien.

          —Yo...

          —Abre la puerta, Miyamoto— sentenció con su poca paciencia perdida.

          El conejo frunció el seño un poco por la interrupción, pero ignoró su comentario y en su lugar abrió la puerta un poco.

          La humana sonrió, alegre y definitivamente no con malicia, e hizo un gesto con la cabeza cuando él volteó a su dirección por última vez.

          Usagi entró, por fin, y la puerta se desvaneció en cuanto se cerró. 

          —Buena suerte, estrella del arco— susurró a la nada empezando a caminar, y saco su celular para leer los nuevos comentarios del capitulo recién publicado, todos con el tema en común de estar angustiados —. Yo tambien espero que seas un buen Usagi.

          Acto dos: Miyamoto Usagi.

       

Tras telones de Kame, UsagiWhere stories live. Discover now