Ya No Hablamos ft. Shadamy

We Don't Talk Anymore

Ajustaron su moño tanto como se pudo contra su garganta, arrebatándole un jadeo seco. 

Se miró frente al espejo de bordes de oro de resplandor dorado, viéndose vestido por aquel traje de dos piezas cobalto oscuro, con camisa de botones blanca, portando una corbata y zapatos azabaches, sin guantes por hoy.    

De sus sienes corrían densas y cristalinas gotas de sudor, producto de los nervios ante este día tan especial... para ella.

Sus ojos que antes resplandecían con amor por la vida y energía por un legado intacto se encontraban apagados por completo, carente de vida, muertos, como una sombra de aquello que fue una luz que portaba lumbre en la más profunda oscuridad, un fantasma que observaba su pasado en una repetición inminente e infinita.

¿Cómo habían podido llegar a este momento? ¿En qué punto de la historia se distanciaron al punto de que ella se vió en la necesidad de buscar a otro para llenar el vacío de su corazón? ¿En qué momento la alejó? ¿Fue su culpa? ¿O fue pura decisión de aquella que en algún momento sintió como una Diosa dueña de su alma pese a jamás decírselo?

Suspiró pesadamente, regresando al pasado del cual ya no quería saber nada, al pasado donde se rompía la cabeza intentando entender porqué su adorada de brillo único se negaba responder sus mensajes, llamadas y correos, al pasado donde tuvo que enterarse por boca de otros que aquella a la que sintió como única le había entregado su corazón a aquel que era su rival, al pasado donde ella insistía en que ya estaba demasiado grande para ir y divertirse con él como en los viejos tiempos, al pasado donde lloraba por ella cada noche de cada día ante el dolor de su ausencia, ante el dolor de sentir a su corazón haciéndose trizas ante la verdad, ante el dolor de entender que se le había hecho tarde para él y sus sentimientos.

Rememoró una vez más lo que fueron las discusiones por aquello que jamás debió cambiar, vivió una vez más lo que fue la pelea contra aquel al que su único amor declaró como "El Ser Más Perfecto y Único En Su Vida", recordó por un instante lo que se sintió haber estado en el otro plano existencial por una semana entera solo para después despertar en una camilla de hospital sin nadie que llorase su situación, su corazón tembló una vez ante lo que fue la fiesta en donde los vió bailar juntos al son de la canción que creía ella solo compartiría con él... y, sin duda, se torturó una vez con la noche en la que todos fueron reunidos para noticia del compromiso de aquel ángel con aquel diestro demonio.

Era terrible.
Una y otra vez aquellos agrios sentimientos volvian a la vida en un ciclo de interminable dolor para su alma, grabándose a fuego en su corazón para no abandonarlo jamás, traumando su vida con la misma facilidad con la que todo sucedió, sin su permiso, sin su presencia, sin tomarlo en cuenta de algún modo.

Su estómago se revolvía cada vez que recordaba que aquella dulce niña de ojos jade ya no lo veía con el mismo amor de hace cinco años, sus manos sudaban al pensar en las palabras que remarcaban el paso del tiempo que ya no podía volver, sus piernas flaqueaban con la sola idea de que después del día de hoy la perdería para siempre y, sin duda, su corazón ardía en odio y tristeza al entender que él fue el responsable de que todo esto pasara, de que suya era la culpa de que su princesa pasase a manos de otro hombre que nunca la conocería tanto como él, de que suya fue la miseria que otros veían como una grata felicidad.

Si tan solo no hubiera sido tan lento en decir lo que sentía, si tan solo hubiera sido lo suficientemente rápido, si tan solo no hubiera discutido tanto consigo mismo el si hacerlo o no, quizás, solo quizás, sería una historia diferente.

Se miró nuevamente al espejo, nervioso. ¿Él, aquel demonio de negro y rojo, amaría a aquella pequeña y dulce rosa como era debido? ¿Sería capaz de entender el tesoro que tenía en manos? ¿Realmente la cuidaría mejor que él? ¿Sería entonces lo suficientemente valiente para darle el "Sí" y así no decepcionarla como lo hizo él?