Other World

Capítulo 10

Cuando el ramo de flores ya estaba listo lo dejaron en un jarrón de agua, me estaban haciendo la manicura y la pedicura, esto es demasiado ¿no? Entiendo la manicura por que en mi mundo también lo hacían, pero ¿también la pedicura? Cuando por fin terminaron de prepararme y solo quedaba vestirme era cerca de la hora de comer.

— ¿Qué tipo de sopa quiere? ¿De pollo, pescado, de verduras? — Al oír que me daban a elegir el tipo de sopa no dudé.

— De pollo. —

Sabía que solo me iban a poner un trozo pequeño de pollo pero algo era algo. Al cabo de dos horas me volvieron a retocar el maquillaje por si se me había ido algo. Al terminar de retocar me hicieron elegir el perfume el cual elegí uno de rosas. 

— Mi señora es hora de que se vaya preparando el vestido. En una hora debe de estar en la iglesia, por lo que tenemos 15 minutos para terminar todo. — 

— Si, es cierto Lyria. — Empecé a recordar los vestidos de boda que había en mi vida anterior, no quería llevar los vestidos de este tiempo por las mangas, eran demasiado anchas en la zona de los hombros, por ello quise recordar los estilos que había en mi vida pasada, hubo uno que recordé y que por aquél entonces me llamó la atención.

Cuando hice aparecer el vestido me quité la bata ante el asombro de mis doncellas, era un estilo diferente a lo que estaban acostumbradas. Seguido hice aparecer el blanco velo, lo dejé flotando para que no tocara el suelo, ya que lo primero era crear la ropa interior. Creé la parte bajera ya que la parte de arriba ya iba incorporada en el vestido.

— Bien, solo quedan los tacones... — ¿Qué tipo de tacones crearía? Decidí hacer unos con detalles con perlas.

— Nunca había visto este tipo de zapatos mi señora. Son muy altos... — Dijo mientras los tomaba en sus manos.

— Lo sé. Los tacones cuanto más altos más tortura son. Pero si es por un corto tiempo no duele, solo necesito mantener el equilibrio. — Lyria me puso lo tacones y una vez puestos me puse de pie. 

Como el vestido de novia si tenía botones les resultaría más fácil pues la última vez la cremallera creo mucha polémica entre los trabajadores. Las doncellas una vez que desabotonaron el vestido me ayudaron a entrar en él, mientras que ayudaban a ponérmelo no dejaba de verme en el espejo, en mi vida anterior me morí bastante joven por lo que nunca pude casarme, y ahora renací en el mundo de la novela que leí, y me voy a casar con mi personaje favorito.

Realmente me pregunto si realmente esto no es un sueño pero... Llevo 18 años metida en este mundo, he tenido un montón de situaciones en las que si fuera un sueño ya me habría despertado... Pero no era así, definitivamente este es un mundo diferente.

Cuando ya habían sido abotonado los botones del vestido volvía a mis sentidos, noté como me colocaban el velo, una vez que este fue puesto me enseñaron bastantes joyas, debía de ponerme alguna así que no lo pensé mucho, llevaba en mis zapatos decoraciones con perlas por lo que elegí las perlas.

Ya estaba lista, debía de salir de la mansión sin ser vista por el duque por lo que una vez que me dieron el ramo las doncellas abrieron la puerta, salí despacio mientras era guiada por las doncellas. El duque tenía que salir antes de la mansión para llegar antes a la iglesia por lo que cuando llegué afuera solo había un carruaje, el que esperaba por mi.

Todos los trabajadores que habían allí se me quedaron viendo, incluso los ex-esclavos estaban muy sorprendidos. Lysen me ayudó a subir al carruaje mientras que Lirya y las otras dos doncellas me ayudaban a meter bien el vestido dentro. Una vez que ya estaba todo cerraron la puerta del carruaje y mis doncellas se subieron delante junto con el cochero. Cuatro caballeros serían los que me acompañarían hacia la iglesia.

Una vez que se empezó a mover el carruaje me sentí realmente nerviosa. Durante el camino a la iglesia de San Brayls me quedé viendo el paisaje, muchas personas se quedaron mirándonos pues estaba siendo bien protegida, además de que el carruaje estaba también decorado con flores por lo que sabían que se trataba de una boda.

Al llegar a la iglesia mucha gente se quedó mirando de lejos como salía del carruaje, los pocos nobles que se encontraban por allí me reconocieron y más mi medio hermano mayor Alex, el cual estaba con un amigo suyo por aquél lugar. Al verme vestida de novia se sorprendió tanto al igual que su amigo.

Mis doncellas me colocaron bien la falda y el velo y una vez lista empecé a caminar hacia la entrada de la iglesia no sin antes decirle a Lysen que mi hermano mayor se encontraba entre el público. Este se encargaría de vigilar que no hiciera ningún alboroto.

Cuando llegué a la entrada vi a Derek a lo lejos, muchos caballeros estaban por alrededor al igual que viejos amigos de Derek. Su alteza el príncipe heredero Harald se encontraba en primera fila con su prometida Melys, la protagonista femenina. Ella sonreía mientras me veía acercarme con paso firme hacia Derek.

La música de fondo sonaba, los nervios se fueron una vez que vi el rostro de Derek. Él me sonreía tiernamente, al ver como me sonreía yo sonreí igual. Al estar cerca de él este tomó mi mano y la beso antes de que yo pasara mi mano por su brazo y quedarme agarrada de él.

Cuando el cura empezó a hablar supuse que esto iba a ser bastante largo, solo esperaba que Lysen pudiera ocuparse de mi hermano para que no interrumpiera la boda. Después de casi una hora después de leer la biblia, por que eso es lo que hacía el cura... Llegó la hora de los anillos.

Intercambiamos anillos mientras nos prometíamos amarnos y respetarnos, cuando los anillos habían sido colocados ataron nuestras manos con un lazo rojo. Esta acción me recordó a una de las típicas tradiciones nórdicas.

— Lo que el amor ha unido que nadie los separe. — Una vez dicho esto los dos nos miramos. — Puede besar a la novia. — ... ¿Beso?.. ¡Se me olvidó que tenía que besarlo!

Derek se acercó lentamente a mi, estaba algo nerviosa pues sería nuestro primer beso. Cerré los ojos y a los segundos sentí una presión sobre mis labios. Derek había puesto su mano detrás de mi cintura y la otra estaba posada en mi mejilla. Dentro de mi sentía muchas mariposas, los nervios podían conmigo pero... Era cálido.

Al separarnos nos miramos a los ojos fijamente mientras que nuestros rostros reflejaban un sonrojo, era como si solo estuviéramos él y yo pero a los segundos escuchamos los aplausos por los que nos dimos cuenta que no estábamos solos, los dos nos sonrojamos por que se nos había olvidado ese detalle.