Capítulo 04

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El resto del día fue eterno para mí

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El resto del día fue eterno para mí. Di un zapatazo cuando me percaté que la profesora de inglés no estaba dispuesta a dejarnos ir tan fácilmente ese día, porque nos pasó un listening que duró más de lo debido.

Cuando por fin el timbre sonó, tomé todas mis cosas y salí corriendo hasta el gimnasio, donde quedé de verme con Andrés. 

El gimnasio era mi lugar menos favorito del colegio, siempre olía a sudor y humedad, pero no me pareció correcto decirle a Andrés que nos viéramos en otro lugar.

Abrí ambas puertas y me encontré con él, en una de las esquinas, trapeando el piso, cumpliendo el castigo que le había puesto la directora. 

Al verme, no se inmutó. Regresó rápidamente la mirada al trapeador y siguió en lo suyo. Me di cuenta que tenía varios golpes en su cara, más específicamente en sus pómulos y una cortada en su labio inferior. ¿En serio el castigo sería para él solamente? Daniel también participó en la pelea, pero él no salió tan lastimado como Andrés. 

¡Además la pelea la había iniciado Daniel y el imbécil de Miguel! Si ellos no hubieran hecho esa estúpida apuesta acerca de Rebeca, nada de esto habría sucedido.

—¿De qué querías hablar, rubia? 

Su voz salió rasposa y agotada. Sus ojos coincidieron con los míos por un leve momento, y me atreví a preguntar: 

—¿Recibiste la nota en tu buzón?

—El sobre con el dibujo de la profe de biología... —se rió ligeramente—. Sí, lo recibí. 

El silencio se instauró entre nosotros. Quería lanzar la pregunta de una vez por todas. Quería saber por qué se había peleado con Daniel, si supuestamente eran amigos. Quería saber si yo había sido la culpable. Quería...

—La pelea no fue tu culpa, si eso estás pensando. 

—No estaba pensando eso... —mentí. 

—¿Entonces de qué querías hablar? Porque el hecho de que me hables por insta, no es muy común. 

—De hecho tienes razón —me sinceré, después de pensarlo un poco—. ¿Te peleaste con Daniel porque leíste mi cuaderno? 

Me quedé frente a él, con los brazos cruzados y esperando por su respuesta. Éramos los únicos en aquel lugar, y eso me hacía sentir de cierta forma más tranquila. No quería que más personas se enteraran de que Daniel había intentado aprovecharse de mí, y de todo lo que ocultaba. 

—No fue tu culpa —volvió a decir—.
Miguel y Daniel iniciaron una apuesta, a ambos les gusta Rebeca, no sé si te has dado cuenta.

—¿Y era necesaria una pelea?

Andrés suspiró. 

—Descubrí a Daniel tratando de besar a Rebeca a la fuerza —dijo—. No podía dejarla ahí, a su suerte. Ella ya no quiere nada con él.

Andy leyó mi diarioWhere stories live. Discover now