Capítulo Dos

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Ya habían pasado unos días desde que llegamos y cada vez sentía todo más ameno.
Tsireya ha estado con nosotros todo el tiempo enseñándonos que hacer y cómo hacer las cosas. Noté como su energía cambiaba a una más enérgica cada vez que mi hermano Lo'ak estaba con ella, así que me dije a mi misma que me encargaría de observar como evolucionaba la situación entre ambos.

Por otro lado, estaba Aonung, que si bien también nos estaba ayudando bastante, le gustaba molestar a mis hermanos, a Kiri y Lo'ak más que nada. No entendía ese carácter suyo.

Era mediodía y nos encontrábamos todos en la bahía preparándonos para aprender más cosas.

- Hoy conocerán a nuestros amigos - dijo Tsireya emocionada.

Aonung comenzó a hacer unos sonidos con su boca, una especie de llamado. Me recordaba a como llamábamos a los Ikran en el bosque, era bastante similar. En eso, llegaron un grupo de criaturas que se veían muy amigables a nuestro lado.

- Estos son Ilu, si quieren estar aquí con nosotros, tienen que montarlos - dijo Aonung mirándonos. Yo estaba nerviosa, ya que me manejaba bastante bien en el cielo, pero en el agua era más complicado.

Uno de los Ilus se me acercó y supe que habíamos congeniado bien. Estaba un poco extrañada por eso.

- Parece que le caíste bien - dijo una voz a mi lado, Aonung. Lo miré y sonreí.

- Espero que nos llevemos bien - aparté la mirada y cuando él iba a responderme lo interrumpí - con el Ilu digo.

- ¿Y conmigo no? - expresó de forma burlona.

- Eso será con el tiempo - reí.

- Auch - rió - Bueno, te enseñaré a como montarlos y a como debes nadar junto a él. Primero Tsaheylu, forma el vínculo y después mantén tu pecho apegado a su lomo.

Cuando ya tenía todo hecho, lo miré y asintió en aprobación.

- Ahora, ¿estás lista?

- ¿Lista para qué?

De repente vi como con su mano empujó al Ilu y sentí como se asustaba, por lo que se hundió a gran velocidad. No podía parar de pensar en la velocidad hasta que pude tranquilizarlo un poco.

En ese momento me di cuenta de lo hermoso que era el fondo marino, lleno de colores que en el bosque sólo podían verse de noche, las criaturas nadaban tan amenamente que su paz la transmitían con sólo el hecho de mirarlas y nadar junto a ellas. Era un mundo precioso.

Aonung llegó a mi lado en un instante y nadó con su Ilu alrededor de mi. Pude sentir como se alegraba al ver como admiraba todo. Él era diferente en este momento, su energía era diferente. No sentía que me faltara el aire y fijé mis ojos en él, él me estaba mirando directamente y comenzó a acercarse. Ambos íbamos girando alrededor del otro cada vez más cerca, mi corazón se sentía en calma y al mismo tiempo emocionado, extrañamente emocionado.

Él sostuvo con una mano el cuello de mi Ilu y me acercó cada vez más. Su mirada era intensa y determinada.

Todo iba bien hasta que sentí como el aire se me agotaba rápidamente y tuve que subir a respirar.

- Increíble... - dije apenas salí del agua y pude respirar un poco. Me acababa de dar cuenta de lo que estuvo por pasar allí abajo y negué. No puedo dejarme llevar de esa forma, así que apenas pude, me acerqué a los demás.

- ¡Hermana! Mira - me dijo Kiri apenas me vió, ella estaba conectada al Ilu y este se movía muy serenamente junto a ella. Se notaba que ambos compartían un vínculo muy grande a pocos segundos de conocerse - Parece que ya te va muy bien con el tuyo, lo manejas muy bien - me dijo.

Ocean - Aonung Where stories live. Discover now