Capítulo 01

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Georgina Rodríguez.

Estaba completamente destrozada, hace unas cuántas horas me di cuenta de algo que jamás pude imaginar; no de Cris, mi Cris. No podía entender que había hecho, que estaba mal en mí... ¿Acaso no soy lo suficiente bonita? ¿No soy suficiente mujer para ser verdaderamente amada? Cris es el amor de mi vida, ¿Por qué yo no puedo serlo para él?

Me siento como una mujer sin valor alguno, una que solo la usan de prueba. 

[...]

Desde hace algunos meses sabía que mi relación con Cris no iba por buen camino, él había cambiado, el contacto físico había desaparecido en nuestra relación, solo aparecía en lugares públicos y era muy limitado. Ya no me dejaba acompañarlo en sus entrenamientos, porque siempre que terminaba de entrenar se iba y volvía hasta el día siguiente. Y cuando llegaba a casa no me daba ni siquiera un beso. Los fines de semana eran los únicos momentos que pasábamos en familia, él, Junior y yo.

Por suerte tenía a mi hijo, él siempre me acompañaba. Después de sus entrenamientos íbamos por un helado o veíamos una película en casa, creo que ambos éramos nuestra única compañía. Y nuestra relación como madre e hijo se fortaleció muchísimo en estos últimos 9 meses, estos últimos meses en dónde su padre se ha vuelto alguien completamente distinto.

Gracias a Dios este cambio solo era conmigo, su comportamiento con Junior no había cambiado en lo absoluto. Los viernes era el único día en el que no estábamos juntos, ya que su papá lo recogía del entrenamiento y salían con un nuevo "amigo" de su papá.

Los lunes él me contaba sobre el nuevo amigo de su padre, me decía que estaba muy emocionado que el nuevo mejor amigo de su papá fuera Lionel Messi, su mayor ídolo. Me contaba lo que hacían juntos, a veces iban al parque, al centro comercial, a algún arcade o lo que fuera.

En un principio me llegó a dar miedo que mi hijo prefiriera estar con el nuevo amigo de Cristiano, ya que después de todo era su ídolo y yo solo era su madre adoptiva.

Pero fue hasta hace unas horas que tomé la decisión de seguir a mi novio, su comportamiento me estaba dando la sospecha de que había alguien de por medio entre nosotros, alguien que me lo estaba arrebatando.

Sabía que lo que estaba haciendo no era correcto, la confianza en una relación es primordial, así como la privacidad. Sin embargo estaba harta de no saber qué sucedía con él, estaba desesperada.

Su día comenzó en el entrenamiento en nuestra casa, después me dijo que saldría y que no vendría hasta la tarde. Espere un tiempo prudente y me dispuse a seguirlo, ya que la niñera de Junior se encargaría de él hasta que yo llegara.

Cuando encontré su auto vi que fue a una lavandería, en dónde le entregaron un traje azul, supongo que nuevo, ya que no lo había visto nunca. Luego, se dirigió a una casa que me pareció bastante familiar, definitivamente esa casa la había visto en alguna revista de Madrid. Pero no podía recordar de quién era.

Hasta que me di cuenta que de la puerta de ese lugar salía una silueta masculina, un hombre que fue abrazado y besado por mi novio. Dentro de mí tuve un sinfín de emociones, quise salir corriendo a ver quién estaba siendo besado por mi novio, quería vomitar, no porque me diera asco, quizás sí, pero no de forma homófoba. Lo único que hice fue llorar, no sabía con la intensidad que lo estaba haciendo, lo único que me mantenía con los pies en la Tierra era mantener mi respiración, fuera de eso estaba por desmayarme ahí mismo. Luego de recuperar un poco la cordura decidí irme de ahí, no quería que me vieran. Busqué algún callejón sin salida cercano, no quería que mi hijo me viera en ese estado y que se preocupara, así que poco a poco me fui calmando para poder regresar a casa.

This side of love | Antonella Rocuzzo - Georgina RodríguezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora