trece

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— ¡yoonie! — el pelinegro apenas se dio vuelta cuando sintió como se lanzaba a abrazarle con fuerza, haciendo que diera un par de pasos hacia atrás para evitar caerse.

— ¿gracias? — le correspondió el abrazo un poco confundido por este. — ¿y el buen humor a qué se debe, si puedo saber?

negó como si eso fuera una respuesta.

— ¿acaso no puedo abrazarte sólo porque sí? — el mayor rodó los ojos cuando beomgyu volvió a apretarlo con fuerza, recostando su cabeza en su hombro.

— normalmente hay una razón detrás de este tipo de muestras de cariño tan repentinas...— susurró para sí mismo, tan bajo que el castaño ciertamente no lo escuchó. y sólo volvió a hablar cuando se separaron un poco, no demasiado, sólo lo suficiente como para poder verse a los ojos. — ¿algo en especial?

beomgyu abrió la boca pero la volvió a cerrar inmediatamente cuando recordó que, obviamente, yoon no podía enterarse sobre lo que habían hablado esa noche en la habitación de yeonjun. estuvo a punto de meter la pata por los cinco.

una vez más, negó.

— ¿te gustaría almorzar conmigo? — el pelinegro levantó la mirada, le extrañaba de sobremanera que sólo estuviera él ahí para pedirle aquello.

— ¿sólo contigo? — asintió. — ¿dónde están los demás?

— por ahí...— se encogió de hombros, dando un paso atrás para alejarse del mayor. — ¿qué tiene de malo que esté sólo yo?

el puchero en sus labios le sacó una sonrisa. yoon se acercó a él sólo para apretarle una mejilla con fuerza.

— no he dicho que fuera malo, tonto. — él sólo se quejó. — sólo me extraña... normalmente ustedes vienen en manada, ¿sabes?

— sí, lo sé. — recordar cómo se tuvo que escabullir buscando al japonés para que nadie más lo viera fue agotador, él no solía ser tan sigiloso. — ¿por qué no sólo aceptas y ya?

claro que eso habría sido demasiado bueno. pero, mientras caminaban por los pasillos del edificio hacia la cafetería, a beomgyu se le hizo imposible ocultar que estaba junto al pelinegro e, inevitablemente, se fueron encontrando con los demás por el camino.

ya no era un almuerzo de dos, como siempre, eran seis en la mesa.

— ¿estás bien? — el castaño ni siquiera levantó la mirada cuando yoon le preguntó hablando muy bajito, para que sólo él lo escuchase.

— sí...— mintió. continuaba jugando con su comida sin que aquella expresión seria se borrara de su rostro.

— te enfadó que vinieran los demás, ¿verdad? — ni siquiera sentir el peso de su mano sobre su cabeza, acariciando su cabello, le hizo volverse a verlo.

— ellos ni siquiera querían comer... sólo lo han hecho para molestar. — el mayor todo lo que hizo fue reírse y desordenarle el cabello.

— ¿qué te parece si te lo recompenso? — aquellas palabras fueron lo único que bastó para que, por fin, los ojitos castaños del menor se fijaran en él.

— ¿cómo?

— podemos cenar juntos. — casi por pura inercia, el agarre que tenía beomgyu sobre su cubierto se hizo más fuerte. — sólo tú y yo.

— ¿en serio? — asintió y ahora la expresión seria en su rostro fue sustituida por una gran sonrisa satisfecha. — bueno~

— yo también voy. — pero las cosas no podían salirle tan bien, cuando llegó por la tarde a la habitación y se encontró con soobin, él de inmediato le sacó toda la información que tenía (¿cómo no? beomgyu fue bendecido con el don del habla) e, inevitablemente, quiso unirse.

— ¡ni lo pienses! yoon sólo me ha invitado a mí. — el mayor entrecerró los ojos y al castaño le extrañó ver como marcaba un número en su teléfono para llamar a alguien. — ¿qué haces?

— yeonjun, ¿a qué no adivinas qué va a hacer beomgyu hoy? — abrió los ojos desmesuradamente al oírlo decir eso. maldito, si no lo dejaba ir con él, haría lo que fuera para arruinarle la tarde.

— ¡no le digas! — intentó arrebatarle el teléfono de las manos, pero era imposible; mientras más se acercaba, más lejos lo sentía.

todos sus intentos terminaron en vano y, de nuevo, ahí se encontraba él; sentado entre taehyun y yoon mientras los escuchaba hablar de todas las cosas que debían hacer al día siguiente mientras todo lo que llenaba su cabeza era un escenario donde pudiera incendiar la habitación.

— me voy. — dejó sus cubiertos a un lado de su plato y se puso en pie, atrayendo hacia sí la atención de todos en la mesa cuando estuvo a punto de marcharse.

y se habría ido de no ser porque sintió como el mayor tomaba su muñeca y lo detenía.

— ¿tan pronto te vas? — no dijo nada, sólo intentó evadir a toda costa su mirada.

— yo...— fue la única cosa que balbuceó, apretando su mano al sentir como los seis lo miraban esperando alguna respuesta de su parte.

— aún es muy temprano. quédate otro rato, gyu. — suficiente. los cinco sabían que cada vez que yoon usaba en ellos apodos o simples diminutivos de sus nombres era el fin para ellos. y esta vez no sería la excepción.

— bien. — murmuró sentándose de nuevo donde estaba antes, resignado.

staff's pretty boy ☆ txt + male oc !Where stories live. Discover now