De Xeron
La guerra entre los dioses estaba en su punto más álgido y cada ejército desplegado era más poderoso y sanguinario que el anterior, por lo que cuando se enfrentaban a las huestes adversarias, la Neotierra se sacudía brutalmente dejando consigo un desolador paisaje de muerte y de destrucción.
No obstante, en un lugar paralelo a toda esa maquinaria de odio divino, el niño hijo de unos padres bendecidos por la gracia divina, crecía felizmente con su familia y desarrollándose como una persona normal; sin embargo, su espíritu y su mentalidad era muy sobresaliente y sabio para la edad que tenía, y pronto sus progenitores se percataron que realmente su retoño había llegado al mundo para realizar proezas que iban más allá del entendimiento humano. Paulatinamente, su madurez crecía en conjunto con los poderes divinos que le han sido otorgados por el creador en el momento de nacer. Al llegar a la adolescencia, su comportamiento no era la de un humano cualquiera: había sido un niño índigo y era capaz de tener habilidades como leer la mente y la telepatía, además de una evolucionada forma de pensar y una profundidad sobresaliente para comprender las cosas de la vida y el destino.
Avanzados los años, y a medida que el joven Xeron se transformaba en adulto, su razonamiento de la vida era tal que poco a poco se fue aislando del contacto social porque no era un ser ordinario y tenía una visión muy distinta del resto, lo que lo obligó a seguir su propio camino hasta llegar a la fase de evolución suprema; no sin antes de haber cuidado hasta el fin y con sumo esmero a sus padres, quienes fallecieron a muy avanzada edad y después de padecer muchas veces el exilio y el sufrimiento a causa de la furia que reinaba en la Neotierra producto de la guerra entre los dioses. Xeron, al dejar atrás su hogar, emprendió un viaje que lo llevó a conocer lugares y seres místicos que lo enriquecieron en su evolución espiritual, por lo que pronto su nivel avanzado del ser le permitió realizar la hazaña más grande que haya hecho un ser humano.
Durante sus años de entrenamiento, Xeron aún cuestionaba su destino y el propósito de su vida, había visitado y conocido a varios maestros quienes le enseñaron mucha sabiduría solo otorgada a los elegidos, pero no fue hasta que en un atardecer mientras caminaba sin rumbo hacia un horizonte desconocido, un ser encapuchado de negro que lo miró desde uno de los cerros aledaños lo salvó del ataque de unos berserkers de Loki.
—Tanto conocimiento no sirve de nada si no se aprende el arte de la guerra —hablaba el encapuchado mientras Xeron se levantaba del ataque.
—Te agradezco que me hayas salvado, pero, ¿quién eres tú?, ¿y cómo pudiste derrotar tu solo a ese grupo de berserkers?
—Soy Metatrón, un ser que ha rechazado al creador para evitar la catástrofe más grande de todos los tiempos, por ello heme aquí como un errabundo evitando aquel trágico destino. Una vez el hijo del hombre me pidió que, si algún día me encontrase con el nuevo enviado del cielo, lo entrenara para la salvación de la Neotierra —decía mientras limpiaba su guadaña de la sangre de sus enemigos—. Ahora sígueme porque voy a mostrarte el camino que necesitas para tu misión en este planeta.
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LOS XERONIANOS DEL UNIVERSO - LIBRO I EL GUERRERO DEL SOL
FantasyDioses, guerreros, ángeles, demonios y los más variados seres de las diversas mitologías de la historia, se conjugan en esta apasionante aventura donde el bien y el mal se arremolinan en una épica batalla ambientada en un futuro primitivo después de...