- No, no aguanto más - Dije levantándome del sofá - Demasiadas personas, una habitación muy pequeña, me largo.
Le grité a mis amigos, que se amontonaban en las esquinas de la minúscula habitacion del hotel.
- Vaya, ha aguantado una hora y media. Un nuevo récord para _____ - se burló mi mejor amiga.
- No lo aguanto - Agarré mi equipaje y me arrastré hasta la puerta - No - lo - aguanto - Salí dándo un portazo.
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Bajé las escaleras con dificultad, arrastrando con el maletón en el que llevaba mi equipaje. Los huéspedes que pasaban por mi lado se me quedaban mirando con una expresión de regaño. Me dió igual, estaba a punto de tener un ataque de ansiedad.
Mi grupo de amigos, literalmente cuatro personas, habían querido irse de vacaciones de primavera. A un hotel, todo incluido y con unas reseñas espectaculares.
Solo había un problema, querian ir para estar mas unidos, así que los cuatro íbamos a compartir una habitación. O ese era el plan. Hasta que a uno se le ocurrió traer a su pareja, otro había querido traer a su hermana; que estaba de bajón por su reciente ruptura; y etc, etc...
Hasta que mi ex novio acabó formando parte de los planes.
- ____, por favor, comportate. Dormiremos por parejas y tu podrás dormir sola en una cama. Estaremos haciendo planes constantemente, a penas estaremos aquí. Calmate - me había dicho mi mejor amiga. Siempre dices que acabasteis bien, él también es nuestro amigo
Pero, no. Me niego. Lo había intentado y no estaba lista para estar tan cerca de él.
Me acerqué al mostrador de recepción. Me paré tras el chico que conversaba tranquilamente con la recepcionista y esperé.
Necesitaba alquilar mi propia habitación o acabaría volviendo a casa. Cosa que no contemplaba como una opción, por que volver acasa significaría volver al piso de estudiantes que compartía con aquellos desordenados desconocidos. Dios sabe cuanto necesito descansar de aquella gente.
- Bueno señor, creo que tendrá suerte. En unas horas los huéspedes de la cuatrocientos cuarenta y cuatro abandonarán el hotel. Es una habitación encantadora, con vistas a la piscina y la montaña.
- No, no, no - Interrumpí - Esperad un momento. Yo necesito la habitación.
- Disculpa, yo estaba antes que tú - Dijo el chico, de pelo largo y extraños ojos bi-color.
- Yo llegué hace casi dos horas al hotel.
- Señorita - Intervino la elegante recepcionista - ¿No se hospeda usted en la habitación ochenta con sus amigos?.
- No, no puedo quedarme ahí. Necesito otra habitación.
- No hay más disponibles - Dijo el chico de nuevo.
