1. La Nueva

276 34 10
                                    

Veronica Coleman

—¡Mamá, papá, por favor, salgan ahora!—Mis gritos eran bastante insistentes mientras no paraba de tocar la puerta de aquella habitación. Me tenían harta con sus faltas de impuntualidad, odiaba que siempre fuera lo mismo

—¿Cariño, qué pasa? Toda la mañana has estado demasiado inquieta y de malhumor, ¿podrías relajarte un poco?—Mi madre me miró con una pequeña sonrisa llena de ironía y curiosidad por mi actitud—Además, yo debería estar apresurandote porque vas tarde, así que, vamos, camina!—Instó terminando de abrir la puerta para posteriormente darme pequeños empujones a la cocina, no pude evitar reír y mirarla con gracia

—Dios, sí, ya voy—Reí rodando los ojos y alzando los brazos en señal de paz. Muy bien, quizá estaba siendo un poquito intensa con el tema—¿Papá no va a llevarme?—No pude evitar preguntar mirándola con extrañeza al notar su ropa cambiada, ella rascó su nuca

—Sí, bueno... Yo pensaba en acompañarlos, ya sabes, ver el colegio y esas cosas—Comentó desviando la mirada para fingir desinterés e inocencia, crucé los brazos

—Mamá, por favor...—Suspiré llevando una mano a mi rostro en señal de cansancio, escuché una pequeña protesta de su parte

—¡Yo quiero ir! No puedo creer que te de vergüenza que te acompañe en tu primer día, hija—Habló mirándome con indignación, negué

—No es mi primer día en la preescolar, ma, sólo es un nuevo colegio y todo estará bien—Recordé acercándome para darle un pequeño abrazo de consuelo al verla seguir con su berrinche

—No puedo creer que mi bebé ya esté tan grande—Sollozó apretándome entre sus brazos, rodé los ojos dejando palmaditas en su espalda

—Muy bien, señoritas, ya podemos irnos!—Aquel anuncio por parte de mi padre me llenó de alegría, aunque no duró demasiado, mi mamá no dejaba de abrazarme aún

—Ayuda

—Oh, claro—Rió un poco acercándose a nosotras, intentando quitar los brazos de la pelirroja de mi cuerpo, ella sólo se aferró más—Muy bien, no lo hagas difícil—Bufó forzando un poco más, no cedió. De pronto la mujer soltó un pequeño grito y se separó

—¡Oye, sin cosquillas!—Chilló mirándolo mal, cuando me di cuenta, estaba detrás de ella apretándola contra su cuerpo—Ya te las vas a ver conmigo, Jack

—Cariño, entra al auto, sí? Yo me encargo de este asunto—Señaló con la cabeza a la mujer entre sus brazos con demasiado afecto aún por derrochar, solté una risa nasal

—¡Adiós, mamá!—Me despedí empezando a caminar hacia afuera, ella sonrió dejando de luchar un momento

—¡Adiós, mi bebé! Recuerda ser buena, copiar las tareas y hacer muchos amigos!—Escuché mientras salía por el pasillo, solté una pequeña risa para por fin entrar al vehículo

Mi familia era un caos, descrita por cualquier desconocido. Para mí lo era todo, en realidad no sería capaz de cambiar nada. Oh bueno, quizá disminuiría en algunos casos los excesos de afecto de Kristal Derricks

—¿Te sientes lista?—La voz de el pelinegro a mi lado me hizo volver a la realidad, asentí suavemente, volviendo a centrarme en el camino y el paisaje—¿No es gran inconveniente volver a empezar a estas alturas, cierto?—Volvió a preguntar algo inquieto, le miré con atención

—No me molesta, papá, tranquilo, estoy bien. Después de todo es para estar más cerca de la abuela y avanzar un poco más. Además, me gusta New York, se ve que tiene mucho que ofrecer—Me encogí de hombros, realmente quería darle a demostrar que las cosas dentro de mí no estaban mal, después de todo, ya mamá me había contado sobre lo bastante triste y agobiado que estaba por el asunto de la mudanza, creyendo que podría afectarme y que le guardaría algún rencor

You've reached the end of published parts.

⏰ Last updated: Feb 05, 2023 ⏰

Add this story to your Library to get notified about new parts!

Nuestro DesastreWhere stories live. Discover now