Blessed: El inicio de todo

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Como dice el resumen, este fic es parte de otro donde la ship principal es de Lautaro/Julián. Ta rari la ship, pero ta rica también y a Enzo le gusta que le hagan upa. Lo hicimos con Daena como siempre.

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Los entrenamientos comenzaron a ser más complejos a medida que el equipo se consolidaba. Emiliano había logrado llegar a jugar con la selección, un sueño que no paró hasta cumplir y pensaba dar todo lo posible para que la ilusión de ver a la Argentina en lo más grande se haga realidad. Ahora, de cara a la Copa América, ese grupo podría mostrar la garra y los huevos que tenían.

Ya había conseguido formar una buena relación con varios de sus compañeros, pero había algunos recién convocados que todavía no terminaba de conocer. Aun así, como arquero que era, siempre intentaba hablar con todos y dar consejos desde su punto de vista. Los penales eran un asunto central para él y a veces le hacía sugerencias a los demás, que en general eran bien recibidas. Eso fue hasta que el pendejo de mierda ese se le hizo el cocorito.

—¿Vos me vas a decir cómo patear? —había dicho Enzo con una sonrisa y las cejas arqueadas en sorpresa—. Nah, dejá, yo sé cómo hacerlo.

Emiliano apretó los dientes por esas palabras altaneras. ¿Quién mierda se creía ese pibito que era? Él no era un alfa que actuaba con agresividad con otros omegas, pero nunca uno le había hablado así. Si no pudiera olerlo, pensaría que ese pibe de veinte años era un alfa de los más pelotudos, pero sentía el olor dulce, picante y atractivo que emanaba. Aun así, le hubiera dado un bife por atrevido.

—Pará un poco, boludito —espetó Emiliano mirándolo desde su altura, pero el pibe no arrugó—. Ojito con hacerte el cocorito o vas a cobrar.

Enzo se rió al escucharlo. Emiliano sabía que ese pibe jugaba bien. Era compañero de Julián y ya lo había observado. Ese chico hacía hermosos desastres en la cancha, pero no pensaba regalarle ningún halago a semejante pendejo que se hacía el canchero.

—¿Ah sí? ¿Qué vas a hacer? ¿Me vas a dar un chirlo por portarme mal? —dijo burlándose para luego mirar las manos cubierta de guantes del arquero—. Tené cuidado, capaz me gusta y todo...

Cuando dijo eso fue sin pensar. Enzo no conocía mucho a Emiliano, más allá de saber que estaba loco y hacía un buen trabajo, al menos eso escuchó de Franco Armani. No habían hablado mucho, pero un poco le sorprendió su forma de ser imponente, sobre todo cuando se trataba del fútbol. Era un arquero raro, pero no se fijó mucho en eso. Le gustó molestarlo, porque eso siempre hacía con todos, sobre todo aprovechó ese momento cuando estaban en el vestuario hablando y nadie los escuchó. Le entretenía cómo los alfas se quedaban descolocados por ese tipo de comentarios sugerentes.

En el momento en que Enzo le dio la espalda para marcharse con una sonrisa canchera y triunfal en el rostro, sintió un fuerte impacto en sus glúteos que le hizo saltar en su lugar como un animal asustado. No lo esperó. ¿En serio ese chabón le había dado un chirlo en el culo? Se estremeció cuando sintió que Emiliano se inclinaba para hablarle al oído.

—Pedí más cuando quieras —dijo—, pero después no te quiero escuchar quejándote. Jodete por hacerte el cocorito.

Luego de decir eso, se marchó y Enzo sintió la boca seca. Sin mencionar que su piel seguía erizada por el olor de ese alfa en el aire y por las palabras que le dijo. Parpadeó pensando qué acababa de pasar y también en que el Dibu era bastante más interesante de lo que imaginó.

Siguieron encontrándose en todos los entrenamientos. Desde su encuentro anterior los dos gravitaban permanentemente alrededor del otro. Buscaban evitarse pero, de alguna manera, sus cuerpos terminaban siempre cerca, siempre atentos a lo que el otro hacía.

Fuck you twice | Dibu Martínez x Enzo FernándezWhere stories live. Discover now