★ Capítulo 3: Hijo de Toruk Makto

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El dolor envuelve

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El dolor envuelve. Es como tener encima una manta gruesa que no te puedes quitar y, cuanto por más tiempo pasas debajo de ella, más te termina ahogando. Pero una vez qué todas sus emociones cedieron, se sintió un poco más tranquilo. El alivio que sintió en ese momento había sido lo más gratificante que había tenido en semanas. Y no podía evitar retener esa sensación de tranquilidad que lo envolvió por unos segundos.

La removida inquieta que había estado dando Ku'tzey lo había estado molestando durante su intento de descansar. Y más por el hecho de que no dejaba de picotear su cabeza y de revolotear sus alas erguido de patas a cabeza.

—Ey, basta, tranquilo, ¿qué sucede? -murmuró acariciando sus alas en un intento de tranquilizarlo y de despejarlo de lo que sea que le hacía actuar así. Más aquello no funcionó. De pronto, sus propias orejas parecieron indicarle que algo que algo se acercaba, pues se removieron hacía adelante en un abrir y cerrar de ojos. Arrugó el entrecejo y agarró su arco y flecha. Doblo sus rodillas y se escondió descansando la espalda sobre el tronco del árbol en el que se encontraba.

Sin titubear, estiró la flecha sobre la cuerda, extendió sus hombros y se giró tirando de la flecha hacía lo que sea que estuviera cerca. De prisa un quejido lo alertó.

Se volteó y aterrizó al suelo sobre Ku'tzey para bajarse y encarar a la criatura.

—¿Ao'nung? -habló en voz baja. La mandíbula del mencionado se tensó y los ojos de Neteyam se abrieron en grande. De nuevo se encontraba con él.

Un suspiro de sorpresa salió de su boca.

—¡No te vi! Pensé que eras un animal que venía a atacarme o algo así. -titubeó. —¿Te duele?

Los ojos azules de Ao'nung le escanearon neutro, con una mirada desinteresada como él solía hacerlo desde que lo había conocido. Su vista se posó en su brazo y el entendimiento se apoderó de su cuerpo. Rápidamente su mirada se alzó, seguido de eso apretó los puños y aflojó el agarre de la flecha encrustada antes de decir: —No duele.

Neteyam posó sus ojos en los de Ao'nung, y supo que pudo ver que no le
creyó ni un poco.

—Ao'nung. -trató de llegar a él, pero se apartó. Soltando un gruñido lo volvió a intentar. —Ao'nung, déjame revisar. -pidió irritado.

—¡No! -se apartó cuando trató de tocarle de nuevo, mostrando sus colmillos mientras le gruñia. —No me toques, no te me acerques.

—Ao'nung, ¿estás sangrando? déjame revisar. -repitió.

—No vuelvas a tocarme nunca más. -le amenazó mientras lo señalaba con el dedo índice. —Desaparece de mi vista.

No podía soportar irse a dormir sin haber arreglado las cosas con Ao'nung, suficiente tenía con su hermano para añadir más a su lista de problemas. No quería seguir con aquella tensión entre ellos —que él mismo había creado— ni siquiera se conocían para comportarse así. Era como si él lo odiara. Sabía que Ao'nung era una buena persona, lo supo cuando las semillas del árbol sagrado se posicionaron en el caminó al que se había ido la última vez. 

Relamió sus labios. Y bajando sus orejas de manera dócil, trago su orgullo y dió unos pasos hacía adelante. Ao'nung al ver sus intenciones volvió a gruñir, enseñándole los dientes y colocándose en posición de ataque.

—Se que no me soportas, pero tengo que confirmar que no estás herido, no quiero tener más problemas con mi padre. -murmuró y Ao'nung notó como sus ojos suplicaban.

Neteyam espero unos segundos y notó que empezó a dolerle la cabeza cuando Ao'nung parecía no tener intenciones de decir algo. Solo estaba allí parado observándolo mientras mostraba sus colmillos y tenía la cola erguida.

—Solo déjame ver. -masculló y su respiración se atasco en la garganta. —Por favor.

Por fin reaccionó, cerrando sus labios y ocultando sus colmillos. Su cola se relajo, dejando de darle manotazos al aire. Se calló, gruñendo con una mueca, aunque seguía pareciendo tenso. Cortó la distancia entre ellos y extendió su brazo dejándose revisar. Tenía un rasguño y estaba sangrando, afortunadamente el sangrado no era demasiado y Neteyam lo detuvo amarrando una hoja sobre el rasguño. Se dió cuenta que Ao'nung no le quitaba los ojos de encima, ni por un segundo. Estaba a la defensiva. Y eso lo hacía sentir incómodo. Más por el hecho de que observaba precisamente una parte de su cuerpo más que las otras: su cola.

—Eso que dijiste. -Neteyam parpadeo confundido soltando su brazo. —¿Quién es tu padre? -inquirió Ao'nung.

Neteyam lo vió interesado en el tema, podía desviarlo y ser un completo grosero al no responderle. Viendo el lado objetivo, no sabía quién era, ni cuáles podían ser sus intenciones con esa pregunta, aunque, solo era uno más entre tanta gente, lo iba a saber a final de cuentas. No halló incongruencias en eso.

—Pues. -relamió sus labios y apretó sus dientes, creyendo que soltar sólo el nombre hará que exista más tensión entre ellos. —Soy hijo de Toruk Makto.

Hubo un silencio sepulcral, Neteyam cerró sus ojos y espero lo peor.

Sin embargo, lo que nunca creyó, llegó.

La risa burlesca creció hasta una sonrisa en los ojos de Ao'nung y la burla que desprendió lo contagió enseguida.

—No puede ser. -negó cubriendo su sonrisa. —¿Tú eras el que veía escaparse en medio del bosque a altas horas de la noche? ¿Él hijo de Toruk Makto? Por Eywa, ahora que me doy cuenta eres un mini clon, ¿te tragaste a tu padre?

Se le hizo tan graciosa la pregunta que de su garganta salió una carcajada, hubo una vibración por todo su cuerpo y se relajo demasiado. Y aunque sabía que se estaba burlando concretamente de él, algo en su interior le hizo sentir tanta paz de que por primera vez pudiera hablar con un Navi acerca de su padre sin que este se asustara y mostrará una actitud inferior. Había confianza en tan solo unos segundos y no tenía idea de porqué.

—Quisiera vomitarlo, pero no puedo ¿Así que eras tú? Skawng. -le golpeó el hombro, Ao'nung se tensó, dándole una mirada de reproche, Neteyam leyó en sus ojos: no te acerques. Y cayendo en cuenta que había abusado de la —extraña confianza— del momento; dió unos pasos hacía atrás, segundos después recibió de vuelta la clásica sonrisa burlesca de Ao'nung, quién noto la sumisión que tenía frente él. —Ya se me hacía raro escuchar pisadas cerca de mí. -añadió.

—¿Recuerdas la vez que te caíste de trasero y parecías bailar al ritmo de una canción extraña que cantabas? -sus risas se intensificaron más al ver la reacción que adquirio Neteyam y el como sus orejas sé bajaron sintiendo vergüenza y humillación por parte de su confesión.

—¡Listo! ¡Basta, no es gracioso! -mostró sus colmillos sin dejar de sonreír al recordar aquello. Su cola se empezó a mover de izquierda a derecha, lo que pareció llamar la atención de Ao'nung pues solo la señaló riendo más. —¡Qué humillante! Skawng. -tomó su propia cola y se marchó de ahí. Siendo perseguido por Ao'nung quién no tenía intención de detenerse.

—¡A dónde vas hijo de Toruk Makto! ¿Volverás a caerte de trasero? Intenta esta vez caer de pie.

Se volteó para mirarlo por última vez, rodando los ojos y tratando de ocultar la sonrisa contagiada por Ao'nung.

Se volteó para mirarlo por última vez, rodando los ojos y tratando de ocultar la sonrisa contagiada por Ao'nung

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yuanfen 𖤐 aouneteWhere stories live. Discover now